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Como agua para chocolate detona trilogía y El diario de Tita es la segunda parte, adelanta

Laura Esquivel: ¿cómo se le hace hoy para restañar el tejido social?

La finalidad de la nueva novela es ofrecer al lector una sensación de intimidad, afirma la autora

La saga será una forma de recuperar la historia de la familia de esa ficción, sino la del país

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Laura Esquivel retoma la historia de Tita y llama a recuperar la memoria y revertir la pérdida de sentido, de esos pequeños actos que me remiten a la generosidad en un sistema empeñado en separarnos, clasificarnos, matarnos unos a otros. Es alrededor de fuego que comenzamos a armar, construir y elaborar una sociedad, tenemos que volver a estos momentosFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Jueves 19 de mayo de 2016, p. 3

Hace casi 30 años Laura Esquivel (CDMX, 1950) publicó su primera novela, Como agua para chocolate, un fenómeno de ventas que sigue captando lectores de todas las edades.

Por esa razón, ahora ese libro es el primero de una trilogía que continúa con El diario de Tita, recientemente publicado, y concluirá con Mi negro pasado, adelanta la escritora.

La idea de seguir contando la historia de Tita y su familia y, con ellos, del país, surgió hace un año, en una charla entre amigos. “Estuvimos platicando de lo que pasaba con Como agua para chocolate, que salió hace 27 años; ha sucedido un fenómeno que nunca me esperé: hay una generación nueva que la está descubriendo y la ha adoptado; cuando me presento en conferencias o ferias hay una gran cantidad de jóvenes con su ejemplar.

Hablábamos del impacto de la novela y de las razones por las que sigue vinculándose de manera muy íntima con las personas, con las familias. Me plantearon la posibilidad de retomar esa historia, dijo Esquivel en conferencia de prensa.

Reconoce que en un primer momento pensó que esa historia ya estaba terminada, aunque después se dio cuenta de que le gustaría retomarla, así que escribió cinco capítulos de Mi negro pasado, que será narrada por la tataranieta de Pedro y Rosaura, personajes de Como agua para chocolate.

Se contará, añadió, desde la época actual, pero a través de la tataranieta, que “tiene problemas alimenticios, porque hubo un rompimiento en la familia.

¿Qué sucede entre 1910 y la época actual? Que ha habido grandes rompimientos reales, fuertes, fracturas poderosísimas en este país, muy dolorosas que nos han hecho perder el sentido de vivir, comer, sentarnos a la mesa, disfrutar, comunicar nuestros pensamientos, emociones más íntimas, de sanarlas, de practicar los rituales más insignificantes, esos rituales íntimos que suceden en las casas porque estamos destruidos en otras cosas.

El diario de Tita es eso, las memorias personales de Tita, lo único que sobrevive al incendio del rancho en el que vivía. Este diario es el que quise reconstruir y “lo que quería es que la gente sintiera que estaba rescatando el diario de Tita, que cuando lo vean digan: ‘yo fui la que lo rescaté’, ‘este diario me está sirviendo, me va a alimentar, voy a encontrar una historia’”.

Rescate de 20 años de historia

En ese diario Laura Esquivel rescata 20 años de la historia de Tita; además es un libro que se elaboró de una manera muy íntima, muy personal nacido de la pregunta, ¿qué habría guardado Tita en su diario, qué objetos, fotografías, flores? Aquí vienen cartas flores, recuerdos, todo elaborado a mano por mí misma. Cada flor que está en el libro fue prensada, cada foto está rescatada en un afán de ofrecer al lector una sensación de intimidad.

La trilogía, añade Esquivel, será una forma de recuperar “no sólo la historia de la familia de la ficción, sino la del país, para intentar entender qué es lo que sucede en la actualidad. “¿Qué es lo que pasa para que haya descomposición social? ¿Cuál es uno de los signos? La pérdida precisamente de una familia, no entendida únicamente como padre, madre e hijos. ¿Cómo se le hace ahorita para entretejer y recomponer el tejido social?

“Desde mi punto de vista tiene que ver con el enlace, la conexión, crear memoria; cuando me conecto con una receta que mi abuela preparaba hace cien años estoy conectando con una memoria. Lo que ha pasado es esta pérdida de memoria, de sentido, de esos pequeños actos que me remiten a la generosidad, en un sistema empeñado en separarnos, clasificarnos, matarnos unos a otros.

“Cómo lo podemos contrarrestar y por qué de pronto nos ofende tanto que una mujer se ponga a tejer y piense en su tiempo utilizarlo para otra, cocinar para los demás, pensar por un minuto, tener un acto al día en que piense en el bienestar no sólo mío sino de mi comunidad, incluyendo la tierra que maltratamos, explotamos, contaminamos.

“¿Qué ha pasado en esta ciudad?, ¿cuánto hace que no teníamos esa crisis de contingencia?, ¿qué hemos estado haciendo? Tomando el camino de la producción privilegiando a las fábricas, se dan permiso porque generan empleos, pero a costa de qué. Podríamos vivir de otra manera y ¿qué necesitamos hacer? Comenzar por la tierra, por cómo comemos, cómo compartimos lo que ingerimos, por ir de nuevo a esas pequeñas actividades que crean las grandes civilizaciones. Es alrededor de fuego que comenzamos a armar, construir y elaborar una sociedad, tenemos que volver a estos momentos.

Mucha gente no sabe lo que es el placer de encender un fuego y hacer un té, un huevo revuelto para alguien, esos actos son los que van nuevamente tendiendo, enlazando, creando otro tipo de memoria que no sea la de te compro y me vendes, dijo la diputada federal.

El diario de Tita, publicado por Suma de Letras, será presentado hoy a las 18 horas en el Museo Nacional de Culturas Populares (Miguel Hidalgo 289, Coyoacán), con la presencia de la autora y los escritores Sandra Lorenzano y Víctor Medina.

Además, habrá la lectura dramatizada a cargo de Lumi Cavazos, quien interpretó a Tita en la película Como agua para Chocolate, y una videolectura de Mario Iván Martínez, quien dio vida al doctor John Brown.