El Banco de México no necesariamente va a mover su tasa de interés de referencia a la par que lo haga el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed, central), sino en función del comportamiento del tipo de cambio del peso y de la inflación, dijo el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens.

El banco central mexicano ha elevado las tasas de interés en un punto porcentual en un año y puede ser que no necesite ajustar la política monetaria de nuevo, incluso si el Fed sube las tasas de interés en los próximos meses, dijo Carstens en una entrevista al diario estadunidense The Wall Street Journal.

El Banco de México subió en febrero pasado su tasa de interés en 50 puntos porcentuales, al ubicarla en 3.75 por ciento, desde los 3.25 puntos en los que permaneció hasta diciembre de 2015, como una medida para contener la devaluación del peso y prevenir un posible aumento de la inflación.

Al ser interrogado sobre si la política monetaria del banco central mexicano dependerá del comportamiento del peso, Carstnes contestó afirmativamente y agregó que seguirá con cuidado las medidas de la Fed, pues las acciones tomadas por el banco central estadunidense podrían desencadenar reacciones en México e impactar otros factores determinantes, como la inflación.

Estamos preparados para reaccionar ante la situación si vemos que la acción de la Fed afecta a la inflación, y el mecanismo de transmisión sería probablemente el tipo de cambio, dijo Carstens en la entrevista al diario estadunidense, realizada en el marco del foro económico anual del Fed en Jackson Hole, Wyoming.