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Demanda esclarecer el homicidio del párroco de Janamuato

Exige la CEM no manchar el nombre de los sacerdotes asesinados
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En una misa, José Alfredo López Guillén fue despedido por los feligreses de JanamuatoFoto Ignacio Juárez
Corresponsales
Periódico La Jornada
Martes 27 de septiembre de 2016, p. 14

El presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Francisco Robles Ortega, exigió a las autoridades que esclarezcan el asesinato del sacerdote José Alfredo López Guillén, párroco de la Santísima Trinidad de Janamuato, municipio de Puruándiro, Michoacán, y pidió que no se manche el nombre de ningún sacerdote ni de ninguna persona, sobre todo cuando no se tienen concluidas las investigaciones.

En un breve comunicado asentó que en una semana fueron tres los sacerdotes asesinados. El pasado 19, los cuerpos de Alejo Nabor Jiménez Juárez y José Alfredo Suárez de la Cruz fueron encontrados en el paraje conocido como la Curva del Diablo, en Poza Rica, Veracruz, y el pasado viernes se halló el cadáver de López Guillén. Según datos del Centro Católico Multimedial, publicados por el sistema informativo de la Arquidiócesis de México, desde 1990 a la fecha han sido asesinados en el país, por distintas causas, 55 sacerdotes. En el actual gobierno suman 14, además de los desaparecidos, cuya cifra no dio.

Robles Ortega pidió a la feligresía orar por los sacerdotes asesinados y se comprometió a trabajar para que nunca más ningún ciudadano se vea envuelto en estos actos violentos que ocurren en muchos lugares del país.

A su vez, el cardenal Alberto Suárez Inda pidió a la procuraduría de justicia de Michoacán continuar con las investigaciones para dar con el paradero de los homicidas de López Guillén.

En conferencia de prensa en Morelia, expresó: No nos quedaremos con lamentaciones ni nos dejaremos invadir por la amargura. El arzobispo de Michoacán expresó que no sólo pide justicia, sino que se construya la paz y se fomente el respeto a los demás.

El obispo de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, Felipe Arizmendi Esquivel, consideró que esos asesinatos indican la descomposición social existente en el país. Si esto pasa con personas a las que normalmente la mayoría respeta y valora, porque la mayoría de sacerdotes son gente de confiar y bien aceptada en la comunidad, toda la gente tiene más miedo de lo que le puede pasar, agregó.