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El mantenimiento de las nueve aeronaves ha sido de $65.8 millones en la reciente década

Rechaza la Sedena tener planes para deshacerse de aviones supersónicos F-5
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Un F-5 de la Fuerza Aérea Mexicana durante labores de escolta al avión presidencial, el 23 de septiembre de 2012Foto Notimex
 
Periódico La Jornada
Lunes 28 de noviembre de 2016, p. 24

En agosto de 1982 la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) inició la era supersónica al incorporar 12 aviones de combate F-5 Tiger II; con el paso del tiempo la flota disminuyó a nueve aeronaves y en lo que va de este año sólo cinco han operado, según información de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). De acuerdo con información de la dependencia, tan sólo en gastos de operación y mantenimiento, en los últimos 10 años se han destinado más de 134 millones de pesos para el uso de estas naves supersónicas.

Con el tiempo, el número de operaciones en que han participado disminuyó, mientras su costo por unidad se incrementó. En total, en los recientes 10 años el uso de estos aviones supersónicos en acciones de la FAM ha representado un gasto de más de 68 millones de pesos, sumado al costo del mantenimiento anual, 6 millones 588 mil pesos las nueve unidades, para un total de gastos de mantenimiento en el lapso citado superior a 65 millones 880 mil pesos.

Ello, sin contar que el costo del mantenimiento anual de cada nave es de 732 mil pesos, para un gran total de 6 millones 588 mil pesos anuales.

El mayor número de operaciones de los F-5 fue en 2010, cuando nueve aeronaves operaron en 814 acciones a un costo por unidad de 9 millones 522 mil 125 pesos, mientras el menor registro es el del presente año, en el que sólo cinco aviones han volado, con un costo de 2 millones 938 mil pesos por unidad.

Ante las versiones que circularon recientemente, de que la FAM tenía planes de dar de baja estos aviones en razón de que ya se superó con creces la vida útil de una aeronave de estas características, que es de 20 años –ya rebasaron los 34 años de antigüedad–, la Secretaría de la Defensa Nacional precisó: A la fecha esta dependencia no tiene ninguna propuesta para iniciar el trámite de baja de las citadas aeronaves.

En respuesta a una solicitud de información sobre el desempeño de los F-5, la Sedena dio a conocer que el costo operativo de los aviones F-5 fue de un millón 922 mil 691 pesos en 2006; 4 millones 759 mil 726 pesos en 2007; 5 millones 378 mil 726 pesos en 2008; 7 millones 760 mil 174 pesos en 2009; 6 millones 309 mil 174 pesos en 2010; 9 millones 522mil 125 pesos en 2011 y 2 millones 88mil 925 pesos en el último año del sexenio pasado.

En ese mismo periodo el número de operaciones alcanzó su mayor cifra de los últimos años, en el que fueron utilizadas nueve aeronaves.

En 2006 fueron 218, 562 en 2007, 744 en 2008, 688 en 2009, 814 en 2010, 785 en 2011 y 744 en 2012.

Mientras, durante la administración del general Salvador Cienfuegos Zepeda, el costo anual de operaciones registró cambios importantes.

En 2013 sumó 10 millones 152 mil 721 pesos; 10 millones 793 mil 814 pesos en 2014; en 2015 bajó a 6 millones 450 mil pesos y hasta la primera quincena de septiembre de 2016, el costo por la operación de cinco aviones fue de 2 millones 928 mil pesos.

Sin embargo, el número de operaciones pasó a 600 en 2013, 345 en 2014, 495 en 2015 y 342 en 2016.

De acuerdo con la información proporcionada, a pesar de que en el sexenio anterior se registró un mayor número de operaciones con los F-5, el costo de las mismas fue menor que en la presente administración.

En 2011 se gastaron en 785 operaciones 9 millones 522 mil 125 pesos; mientras en 2014, 345 operaciones tuvieron un costo de 10 millones 793 mil 814 pesos.

La Sedena, por otra parte, se negó a informar sobre el número de pilotos adiestrados de 2006 a la fecha para operar las naves supersónicas en los últimos 10 años, porque esos datos podrían ser utilizados en menoscabo de la capacidad operativa para el cumplimiento de sus misiones, además de que permitiría calcular la capacidad de reacción operativa del Ejército y Fuerza Aérea, lo que ocasiona un riesgo a las acciones destinadas a preservar y resguardar la seguridad y defensa.