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Los rostros nuevos del cuadro cementero comienzan bien el torneo

Un renovado Cruz Azul se impuso 1-0 al Necaxa

Dimos muchas concesiones: Sosa

Hicimos lo adecuado: Jémez

 
Periódico La Jornada
Domingo 8 de enero de 2017, p. a11

Cruz Azul regresó con las ilusiones renovadas y la fachada remozada. Mostró un juego atractivo con el que venció 1-0 a la revelación del campeonato anterior, Necaxa. Fue la primera jornada de un nuevo torneo lleno de promesas para sus aficionados.

El lleno en el estadio Azul y el entusiasmo de los seguidores celestes demuestran que la pasión no tiene memoria y no importa que hayan cumplido cinco torneos sin llegar a liguilla. Tienen confianza en que las malas rachas deben terminar algún día.

Apenas apareció el cuadro celeste, sus seguidores los recibieron como campeones. Rostros nuevos en la plantilla de La Máquina, Gabriel Peñalba y Ángel Mena, y el nuevo técnico, el español Paco Jémez, empiezan su difícil aventura.

Los refuerzos siempre están bajo la presión de convencer que sus contrataciones están justificadas. Así, Ángel Mena dio visos desde el inicio, recuperando un balón que parecía insípido, pero que convirtió en la primera oportunidad celeste. El disparo obligó al portero Marcelo Barovero a lanzarse sobre su costado para salvar a los Rayos.

El debutante Jémez se presentó como un enigma para el futbol mexicano. La propuesta para reformular un equipo urgido de un título –después de 20 años en los que el club ha fracasado en el intento– es una de las interrogantes en el inicio de este torneo.

En esta primera fecha mostró que estos cementeros buscan el futbol ofensivo y de múltiples toques, nada de especulación.

Con esa formula llegó el primer gol, en un acto en el que la pelota apareció aquí y allá con la participación de Christian Giménez y Joao Rojas, y que culminó con la aparición de Adrián Aldrete, quien afuera del área, por el costado izquierdo, pegó un zurdazo raso que Barovero no pudo atajar para el 1-0 al minuto 19.

Necaxa no supo cómo contener esa desbocada manera de atacar del conjunto local. Parecía pasmado ante las caprichosas y dinámicas evoluciones celestes.

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Manuel Iturra, de los Rayos, gana el esférico al ChacoFoto Jam Media

Apenas un par de amenazas que se fueron desviadas fue lo que aportaron Rayos en la primera parte. Su impasibilidad empezó a sacar de control a su entrenador, Alfonso Sosa, quien se juega su posición en la tabla del descenso. A manotazos y gritos quería recomponer lo que su escuadra no hacía.

Para el complemento, los rojiblancos volvieron resueltos a repeler a La Máquina y ésta regresó con la misma disposición, pero Rafael Baca se lesionó en los primeros minutos y fue relevado por Francisco Silva.

El juego se atascó de un extremo a otro en los zapatos del Cruz Azul que, pese a la insistencia, no encontraba el remate. Jémez, quien hasta el momento se mantenía sobrio y con las manos en los bolsillos, empezó a dar gritos y señas para que concretaran.

Cuando parecía que Necaxa presionaba a los Cementeros, un contragolpe del Chaco arrancó gritos de emoción. Dejó a dos hombres atrás y enfilado al área entregó el balón a Richard Ruiz, quien arruinó la jugada.

No hubo más y la afición celeste esperó con impaciencia que el árbitro silbara el final.

El técnico necaxista, Alfonso Sosa, se quedó con una mala sensación de su escuadra: No me gustó el equipo en el primer tiempo. Por las desatenciones y la actitud que mostró dimos demasiadas concesiones. Mejoramos en el segundo, pero necesitamos más porque este plantel no está para regalar nada.

En la otra parte, Jémez estaba exultante, tanto como para calificar con la nota más alta a su equipo en el primer duelo del torneo.

Lo mejor del partido es que hicimos lo adecuado en cada momento. Hoy la afición demostró que es seguidora de un equipo grande, porque sin que aún le demos nada, dio un paso adelante. La ilusión no podemos perderla. No vamos a prometer nada, pero seguiremos trabajando, dijo el español.

No dudó en resumir la actuación del plantel: Fue intenso. No hay tiempo para descansar.