Un hombre atado, en estado de alteración, con un movimiento semejante al de un animal en busca de alguna salida, aparece en la primera escena de la obra Disecciones, de la coreógrafa Rossana Filomarino y el dramaturgo José Alberto Gallardo.

Esa propuesta, de la que anoche se efectuó la primera de tres funciones en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque, surgió de la curiosidad de Filomarino, quien deseaba explorar nuevos lenguajes con Gallardo, actor que posee control físico, aunque no es bailarín.

No puedo definir si la obra es danza-teatro, teatro-físico o danza con reminiscencias de butoh, pero en escena es el cuerpo en movimiento; como en todas mis propuestas, busco la máxima expresión del cuerpo y José Alberto Gallardo la tiene por su formación actoral, explica Filomarino en entrevista con La Jornada.

La coreógrafa de origen italiano, quien hace 25 años fundó la compañía DramaDanza, aclara que Disecciones conjuga música en vivo con la palabra y el movimiento. “Al finalizar la primera disección del personaje que interpreta Gallardo hay un momento completamente oscuro en el que sólo se escucha el texto que fue escrito después del movimiento; esto es interesante, porque la danza siempre va al servicio de un texto para ilustrarlo y en esta ocasión es al revés.

“El texto es muy descarnado, como la danza; por eso lo pongo en absoluta oscuridad, ahí no hay sonidos, sólo es la voz en off y esta es mi apuesta después de ver, oír la danza, los textos surgieron de la música y el movimiento.”

Conjunción de energías

En Disecciones un actor-bailarín y un músico-compositor conjugan energías para diseccionar estados anímicos, desafiando resistencias. “A veces –explica Filomarino– José Alberto sigue a Rodrigo Castillo (compositor) o viceversa; es el juego que me interesa: la vivencia humana puesta al cien por ciento”.

La obra está dividida en cuatro escenas; en la primera se muestra al hombre que desea escapar o rebelarse; en la segunda, con tono lírico, el personaje se transforma; es un momento erótico.

La tercera, según Filomarino, “es la más fuerte, pues vemos acciones de ira, de sentimientos negativos que a veces no se pueden expresar. Es la parte que más me gusta y conmueve. Es un momento de recuerdos, como flashback”.

La última escena se desarrolla con un ritmo diferente a las anteriores, como si el tiempo se detuviera.

Filomarino adelanta que la obra es una experiencia sensorial, pues siempre apunto a que la escena llegue al espectador.

Para Gallardo la obra motivará al público a diseccionarse, a indagar en estadios mentales y emotivos con el cuerpo, la piel, la energía, el movimiento y los fluidos.

El actor y dramaturgo indica que los textos fueron escritos con base en lo que experimentó en cada una de las situaciones de ira, de agotamiento y dolor, donde llevó el cuerpo al extremo.

Disecciones se presentará mañana a las 19 horas y el domingo 12 a las 18 horas en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque (Paseo de la Reforma s/n, atrás del Auditorio Nacional).