Sociedad y Justicia
Ver día anteriorMartes 2 de mayo de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

El error es no verlos como actores importantes en la búsqueda de solución a sus problemas

Adultos deben dejar de ser el centro, e incluir y escuchar más a los niños: experta
 
Periódico La Jornada
Martes 2 de mayo de 2017, p. 32

En la familia, sociedad e instituciones se deben respetar los derechos de los niños, dejar de ser adultocéntricos, cambiar la forma de relacionarnos con ellos, escucharlos e incluirlos en las prácticas cotidianas, señaló Tania Montserrat Granados, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México.

En el contexto del Día del Niño, dijo que en la actualidad no se puede hablar de una sola niñez, con los mismos retos; hay diversidad de infancias, mientras los menores se enfrentan a múltiples contextos sociales, culturales y económicos que los marcan de manera definitiva y los posicionan en el mundo.

Los estudios sobre la infancia señalan que esta etapa de la vida es una construcción sociocultural y en ese sentido existen ciertos cambios a través de la historia, las generaciones y los contextos, indicó.

La especialista en sociología de la infancia resaltó que los menores cada vez están más sometidos a entornos sociales cambiantes, a escenarios que los han insertado en situaciones de violencia, abandono, guerra, trata de personas y explotación, y como sociedad debemos estar conscientes de esto.

Subrayó que se ha cometido el error de no verlos como actores importantes en la búsqueda de una solución a sus problemas, y tampoco se cree que sean capaces de enfrentar los retos que les impone su realidad.

De hecho, durante años se ha visto a la infancia como pasiva, sólo receptora de lo que los adultos hacen o crean para ellos, y que transitan por ahí como si no fueran agentes de cambio, subrayó.

No obstante, dijo, ellos pueden realizar, repensar su realidad y generar estrategias para resistir los efectos de toda la complejidad social. Por ejemplo, explicó, hay niños que están en contacto con los avances de la tecnología, otros se ven expuestos a situaciones de trata de personas, algunos tienen más recursos económicos que otros, o son tratados de diferente manera por cuestiones de género; es decir, no vive la misma situación una niña que un niño.

Si bien los escenarios de violencia, desesperanza, abandono o carencias son elementos que contribuyen a construir su personalidad y el desarrollo en la adultez, aun en estos contextos tienen algo en su favor: son creativos, resisten a estos embates y elaboran estrategias para sobreponerse a situaciones socioeconómicas y culturales que no eligieron vivir.

Resaltó que aunque en el discurso se les ha posicionado en el ámbito de los derechos, en el tránsito de las sociedades se les sigue considerando sujetos que no tienen voz, ni la facultad de exigir participación. Se les piensa como personas que no deben opinar, ni ser tomados en cuenta.

En la familia, en la sociedad y en las instituciones debemos respetar sus derechos, dejar de ser adultocéntricos; abrir espacios más respetuosos y reconfigurar las relaciones sociales en donde cada persona tenga voz para generar cambios.