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Ya falta poquito para hablar sólo con los golpes, dice el entrenador de Saúl Álvarez

Los boxeadores hoy son protagonistas, los organismos perdieron seriedad: Reynoso

Los dos tenemos demasiada presión y uno perderá muchísimo, afirma Julio César Chávez júnior

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Ayer se realizó la última conferencia cara a cara entre los boxeadores, antes del combate del sábadoFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Jueves 4 de mayo de 2017, p. a15

Horas antes de la última conferencia cara a cara entre Saúl Canelo Álvarez y Julio César Chávez júnior antes de su combate, el entrenador del pelirrojo, José Reynoso, toma un respiro de unos minutos en medio de tantas actividades para ajustar detalles.

Ya era público que Canelo había rechazado el cinturón huichol que pretendía regalar el Consejo Mundial de Boxeo al ganador del esperado combate en la Arena T-Mobile, en Las Vegas. Chepo Reynoso, como un padre, apoya tanto la decisión como las palabras de su peleador, a quien le molestó que el organismo de boxeo hiciera promoción de un cinto cuando no había campeonato de por medio y lo acusó de hacer publicidad oportunista.

“Canelo, como Óscar de la Hoya, tienen derecho de rechazar el cinturón. Uno, porque es quien se sube a pelear; el otro, porque es el que hizo posible esta pelea en la que no hay un campeonato de por medio”, dice Chepo Reynoso a La Jornada.

Los organismos perdieron seriedad, por eso hoy los peleadores y el espectáculo son los protagonistas; ellos se lo buscaron.

Fuera de esa polémica, Chepo asegura que el clima que predomina en todo el equipo es de relajamiento y buen humor. Ni las descalificaciones que escucharon en las semanas previas les distraen.

Tampoco les perturban las dudas de que el Canelo perdería velocidad y resistencia aeróbica al subir de peso para alcanzar las 164.5 libras pactadas para esta pelea.

“Es cierto, trabaja para subir de peso, pero lo hicimos con cuidado, para contrarrestar las libras que ganará y que conserve velocidad. Lo que digan enfrente (con Chávez) nos tiene sin cuidado; yo sólo sé lo que pasa con Canelo y la opinión de cualquier otro de fuera no vale mucho”, aclara.

Ya falta poquito para dejar de hablar con palabras y hacerlo con golpes, dice con impaciencia tras 10 semanas de trabajo intenso.

A Chepo, sin embargo, sólo le queda un mal sabor al recor- dar que el equipo que conduce fue señalado de soberbio, actitud que les dijeron podía costarles la victoria. El riesgo de una derrota no está en sus preocupaciones, pues tiene plena confianza en lo que sabe hacer Canelo. Pero ese ataque le desagradó.

Nosotros por tradición no entramos en polémicas, pero hablaron de soberbia, y recuerda una declaración de Ignacio Beristáin, entrenador del júnior; Me llevo bien con Beristáin, me extraña lo que expresó. Una vez vino a Guadalajara con un peleador y lo invité a mi gimnasio. Nunca le he faltado al respeto ni lo he tratado con soberbia.

Más tarde, en el teatro KA del MGM Grand Hotel, de Las Vegas, ocurrió la última conferencia antes de la pelea en la que estuvieron ambos boxeadores en el estrado.

Surgirá un nuevo ídolo, dijo en su turno Chávez; el que pierda perderá muchísimo, los dos tenemos mucha presión.

Para cerrar las declaraciones, Julio César Chávez padre parafraseó al propio Canelo cuando retó a Gennady Golovkin y dejó abierto el desenlace:

“Para no hablar más, voy a decir una frase del Canelo, ‘vamos a dejarnos de mamadas’ y el sábado vamos a ver de qué cuero salen más correas.”