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Nuevos fraudes de la industria automotriz
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cuentagotas, nos enteramos de los engaños que la industria automotriz hace en muchos países. Por la jornada electoral en Francia, pasó a segundo plano la investigación que la justicia parisina realiza para determinar si la compañía Fiat Chrysler (propiedad de inversionistas italianos y estadunidenses) instaló dispositivos especiales para ocultar las emisiones contaminantes en las unidades que utilizan diésel. Esta investigación se une a la de Estados Unidos, donde la acusan de manipular las emisiones de más de 100 mil vehículos en las pruebas de laboratorio para que reflejaran niveles inferiores a los que se generan una vez que los venden. Esta nueva pesquisa se añade a las existentes en Francia por el mismo motivo contra Volkswagen y Renault. De confirmarse el fraude de la Fiat Chrysler, las autoridades deberán calcular el daño causado a la salud púbica por el efecto de los óxidos de nitrógeno que se generan al utilizar diésel como combustible.

Hace cinco meses la Agencia de Protección Ambiental del país vecino (EPA, por sus siglas en inglés), denunció que el dispositivo era similar al que diseñó Volkswagen, obligada a pagar una elevada multa a las autoridades estadunidenses por el fraude y seis de sus ejecutivos acusados penalmente por maquinarlo. Fiat Chrysler sostiene que sus vehículos (el Dodge Ram 1500 y el Jeep Grand Cherokee, modelos 2014-2016) cumplen con las reglas ambientales y que el dispositivo citado es para proteger el motor en determinadas circunstancias. La EPA, en cambio, arguye que puede tener efectos muy dañinos para la salud y dan una ventaja competitiva injusta e ilícita. La dimensión del fraude no iguala al que la Volkswagen reconoció cometer en 11 millones de coches.

Fiat Chrysler espera resolver favorablemente sus problemas gracias a los cambios que la administración Trump impuso en la EPA al restarle presupuesto y ablandar las estrictas normas para evitar la contaminación atmosférica que ocasionan los ve­hículos automotores y la industria. La compañía se enfrenta a una multa máxima de 630 millones de dólares. Además, el viernes se supo que dicha trasnacional revisará 1.2 millones de camionetas para corregir un problema que puede afectar el funcionamiento de cinturones de seguridad y las bolsas de aire que saltan cuando se produce un accidente. Un millón de esos vehículos se vendieron en Estados Unidos, más de 215 mil en Canadá y 22 mil en México.

El nuevo presidente de Francia, Emmanuel Macron, prometió cuidar el medio ambiente. Si cumple, sabremos más del juicio que desde 2015 lleva la fiscalía de París sobre los motores diésel de la Renault. A principios del año pasado, las acciones de la compañía se desplomaron 3 por ciento por las inspecciones realizadas por el gobierno en varias de sus sedes, cuando la fiscalía dijo sospechar que la empresa engañó a los consumidores y puso en riesgo la salud pública.

El caso Renault lo supervisó la ministra de Medio Ambiente, Ségolène Royal, enemiga del diésel en un país en el que este carburante domina el mercado. La investigación se extendió a otro gigante automotriz galo: PSA Peugeot Citroën. Fraudes de este tipo están penalizados con dos años de cárcel y/o una multa de 300 mil euros. Las compañías aludidas, igual que lo hicieron en su momento las alemanas y estadunidenses, aseguraron que sus vehículos no están equipados con software fraudulento que engañe sobre sus emisiones. Muy distinto piensan los responsables del medio ambiente y la economía francesa.

Al final se impone la verdad. Por ejemplo, Volkswagen admitió la existencia de un informe redactado en 2014 para su poderoso director, Martín Winterkorn, en que le daban cuenta de los problemas de las emisiones de coches diésel en Estados Unidos.

El documento, según la empresa, no obtuvo una atención especial por parte del equipo directivo. Winterkor tuvo que renunciar y cobra una pensión de 3 mil 330 dólares diarios. Mientras, la trasnacional restructura su planta laboral que afectará a 30 mil trabajadores. Sin embargo, y ante la sorpresa e indignación de los accionistas, el jueves pasado el presidente del consejo de administración de la Volswagen dijo que ni ahora ni nunca presentará un informe escrito sobre el fraude cometido en 11 millones de vehículos de esa empresa. México es gigante en el ensamble y exportación de coches. ¿Se cumplen las normas anticontaminantes vigentes?