Sergio Cataño dirige Mi Fausto en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz
Enseña de manera poética
que la maldad es humana y no del diablo
Martes 6 de junio de 2017, p. 6
La mítica maldad representada por Mefistófeles ha sido desplazada, desacreditada y sustituida por la maldad del hombre contemporáneo. Es la idea que Paul Valéry (1871-1945) propuso hace más de 60 años, en lo que es la única obra de teatro escrita por el poeta y filósofo francés, titulada Mi Fausto, que ahora es llevada a escena en México por el director Sergio Cataño en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz del Centro Cultural Universitario.
El texto dramático fue dado a conocer en 1946, una año después de la muerte de Valéry, y hoy cobra singular vigencia respecto de lo que se vive en el país y en el mundo, comentó Cataño.
Distinta al Fausto de Goethe, en la obra de Paul Valéry el protagonista es un hombre viejo y sabio que decide invocar a Mefistófeles para hacerle saber que el mal ya no le pertenece, que sus métodos son anticuados y que ha perdido credibilidad y el lugar privilegiado que ocupaba, pues el hombre ha descubierto el viejo caos
, el desorden primigenio.
Ante tal situación, Fausto le propone hacerle un favor
, recuperar su sitio y reconocimiento, a cambio de poder escribir una gran obra literaria.
En medio de una atmósfera entre onírica y luciferina, el viejo Fausto reflexiona, cuestiona, debate con sus propias ideas y espíritu. Es un hombre que intenta liberarse de su propia fama.
Quemar lo que he adorado y adorar lo que he quemado
, dice, explica, confronta, en medio de la batalla entre el bien y el mal.
Saber leer en la oscuridad del alma
Fausto es un hombre que cuestiona el conocimiento y la vida misma: El hábito encadena y a la vez libera
. Hay que equivocarse, no dar consejos
. Es de sabios comenzar por la recompensa
. Las ideas no cuestan nada, es la forma en que se presentan
. Definirse es siempre engañar a la gente
. Cuidado con el amor, hay que tener cuidado con el amor
.
En contraste, el primer ángel caído, el representante del espíritu del mal, a quien nadie puede sustituir, con impura e irónica benevolencia y misericordia, se divierte engañando.
Intenta esparcir la angustia en el aire y en las sombras, que se sientan en la atmósfera esperanzas confusas, una presencia rara, corrupta y atemorizante. Mefistófeles es ese diablo que sabe leer en la oscuridad del alma
, que hace el bien de la misma manera que hace el mal
.
En torno a ambos personajes, Lust, bella, joven y sensible chica que es deslumbrada y enamorada por la capacidad creativa de Fausto, un joven bachiller, que va en busca de sus consejos y dos bestezuelas innobles, que sirven de lacayos a Mefisto, son los demás personajes que sucumbirán a los sortilegios del mal y a la luminosidad de sus anhelos.
De acuerdo con Sergio Cataño, el texto de Valéry trata de una manera poética, profunda y compleja, pero digerible
, temas actuales, como el de que la maldad pertenece al ser humano y no al diablo, que el conocimiento es importante para formular el amor a la vida misma, los pensamiento, los sentidos: el ver, respirar y tocar.
El trabajo escenográfico y del movimiento escénico, de Patricia Gutiérrez y Ruby Tagle, se inspiró en la estética que han desarrollado por separado los artistas Jürgen Klauke y Francesca Woodman.
Con las actuaciones de José Ángel García, Ana Bertha Espín, Ana Cervantes, Penny Pacheco y Ruby Tagle, Mi Fausto comenzó temporada el jueves y concluirá el 2 de julio en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz del Centro Cultural Universitario (Insurgentes Sur 3000); funciones miércoles, jueves y viernes a las 20 horas, sábados a las 19 y domingos a las 18 horas.