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Comienza en el centro de la plaza y termina en la Pirámide de la Luna, informa el INAH

Arqueólogos descubren túnel a 10 metros de profundidad en la zona de Teotihuacán

Se confirmaría que esa civilización reprodujo vías subterráneas asociadas a grandes monumentos

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Vista del área próxima a la Pirámide de la Luna, en el sitio prehispánico de Teotihuacán, donde fue descubierto un pasaje subterráneo que según los arqueólogos aportará nuevas evidencias sobre esa culturaFoto Melitón Tapia/ INAH
 
Periódico La Jornada
Miércoles 5 de julio de 2017, p. 6

Un túnel, a 10 metros de profundidad, que va del centro de la plaza de la Luna a la Pirámide de la Luna, en la zona arqueológica de Teotihuacán fue descubierto por investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El hallazgo confirmaría que los teotihuacanos reprodujeron el mismo patrón de túneles asociados a sus grandes monumentos, cuya función debió ser la emulación del inframundo, dijo la arqueóloga Verónica Ortega, directora del Proyecto de Conservación Integral de la Plaza de la Luna.

El equipo desarrolló un estudio con la finalidad de comprobar la existencia y profundidad del pasaje subterráneo y para la identificación de la oquedad se efectuó una tomografía de resistividad eléctrica en los primeros días de junio pasado por un equipo de expertos encabezado por la doctora en geofísica Denisse Argote Espino, adscrita a la dirección de Estudios Arqueológicos del INAH.

La especialista precisó que las imágenes preliminares sugieren una cavidad recta a 10 metros de profundidad que iría del centro de la plaza a la Pirámide de la Luna. Sin embargo, dijo que se requiere procesar más los datos para obtener una mejor definición de los rasgos bajo la superficie.

Las primeras imágenes analizadas muestran un conducto relleno. Aunque los resultados definitivos estarán listos en los próximos meses, ya se puede adelantar que, al igual que la Pirámide del Sol y el Templo de Quetzalcóatl, la Pirámide de la Luna podría contar con un conducto subterráneo.

¿Emulación del inframundo?

Verónica Ortega dijo que, de confirmarse, la función del túnel podría haber sido la emulación del inframundo, el lugar en que se recreaba el origen de la vida, las plantas y los alimentos, por lo que se podría decir que su uso fue estrictamente de carácter ritual, para efectuar ceremonias propiciatorias de los ciclos agrícolas.

Ortega refirió que el hecho de que el túnel fuese un contexto sellado por los propios teotihuacanos, daría la oportunidad de encontrar nuevas evidencias de la organización ritual, pero también sociopolítica, por lo que habrá que hacer comparaciones entre este posible conducto y los que corren debajo de la Pirámide del Sol y el Templo de la Serpiente Emplumada, en busca de una mejor comprensión del significado de la ciudad y la forma en la que sus dirigentes pudieron cohesionar a más de 100 mil habitantes, muchos de ellos foráneos.

Con los resultados definitivos, prosiguió, el siguiente paso será explorar la cavidad hallada en la plaza de la Luna, ya que esta oportunidad se perdió con la Pirámide del Sol, cuando en los años 70 del siglo pasado, el arqueólogo Jorge Acosta localizó el túnel debajo esta edificación, sin embargo, descubrió que había sido saqueado en la antigüedad, probablemente por los mexicas a principios del siglo XVI. En este caso el túnel se encontraría cerrado y su investigación sería una prioridad.

La experta dijo que se deben esperar los resultados del estudio para conocer su orientación precisa y la relación que guarda con la plaza y la Calzada de los Muertos. Asimismo, es importante vincularlo con alguna etapa constructiva de la edificación, que podría corresponder a una de las más tempranas, del año 100 aC.

Estos elementos indican que antes de la construcción de la pirámide hubo una sacralización del espacio, toda vez que se han hallado piedras verdes megalíticas frente a la edificación, las cuales eran muy valiosas para los teotihuacanos y es muy probable que formen parte de un discurso ritual mucho más amplio, aunque por el momento se desconoce si tienen alguna relación con el posible túnel.

Para la realización del estudio, Denisse Argote contó con la colaboración de un equipo de ingenieros geofísicos de la Facultad de Ingeniería y del Instituto de Geofísica de la UNAM. Entre los investigadores están Andrés Tejero, Gerardo Cifuentes, Alejandro García, Esteban Hernández y René Chávez.

La tomografía consistió en inyectar corriente eléctrica al subsuelo y medir la resistividad, de acuerdo con la variedad de materiales del terreno.

La inyección de corriente eléctrica se hizo mediante electrodos: unos suministran la corriente y otros sirven para medir la diferencia del potencial, la cual es registrada por un aparato denominado Syscal Pro. Actualmente se procesan los datos para crear modelos en 3D y 2D.

La Pirámide de la Luna, que se localiza en la desembocadura norte de la Calzada de los Muertos, consta de siete etapas constructivas. La primera comenzó en el año 100 aC y sucesivamente se hicieron ampliaciones hasta 450 dC, cuando se erigió la última etapa.

Esta investigación en la Ciudad de los Dioses se suma a las líneas de estudio en materia arqueológica impulsadas por la Secretaría de Cultura federal y el INAH, como se difundió hace unas semanas cuando se hizo la presentación de los avances de investigación del Templo de Ehécatl en el Templo Mayor de Tenochtitlán, encabezada por la titular de Cultura federal, María Cristina García Cepeda, y el director general del INAH, Diego Prieto.