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El colombiano anuló un gol a México contra Alemania en los cuartos del Mundial 1986

El VAR me hubiera dado la razón; actué con honestidad, dice ex árbitro Jesús Díaz
 
Periódico La Jornada
Domingo 16 de julio de 2017, p. a14

El ex árbitro colombiano Jesús Díaz Palacio se convirtió hace 31 años en uno de los hombres más odiados por los mexicanos luego de anular un gol de Javier Abuelo Cruz en el duelo entre México y Alemania en los cuartos de final del Mundial de 1986.

Con la conciencia tranquila por haber trabajado de manera honesta, Díaz regresó hace una semana a territorio tricolor para dirigir el partido Revancha de leyendas, encuentro que significó un momento de alegría para el ex silbante, quien hoy enfrenta un estrés postraumático debido al asesinato que presenció en 1989 de su amigo y árbitro Álvaro Ortega.

El trabajo que hice en México 1986 me abrió muchas puertas en el futbol, pero tuve que retirarme muy joven, a los 35 años de edad, porque mataron a mi amigo Ál-varo enfrente de mí, relata nervioso y entre balbuceos.

Recuerda que la muerte de Ortega fue por órdenes de la mafia colombiana, la cual era tan fuerte en la década de 1980 que llegó hasta el mundo del balompié. Yo denuncié cuando trataron de sobornarme dos veces, reconoce.

Se decía que el asesinato de Álvaro fue porque se había equivocado en un partido, señala con la voz entrecortada en referencia a una orden que supuestamente dio el capo Pablo Escobar por haber anulado un gol que significó la derrota de Medellín ante América.

Chucho, no te metas, no te queremos hacer daño, fueron las palabras que le dijeron los sicarios antes de asesinar a Ortega la noche del 15 de noviembre de 1989. En ese momento la mafia tenía instrucciones de no tocarme, porque era uno de los árbitros más importantes de Colombia. La gente no se explica que hayan respetado mi vida.

En ese entonces Díaz se encontraba en la cumbre de su carrera y era considerado como uno de los colegiados más prestigiosos de Sudamérica. En su currículum destacaba haber pitado los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, Copa Libertadores y la Copa América 1989.

No obstante, el asesinato de Ortega fue un golpe tan fuerte que lo llevó a renunciar como árbitro y al día de hoy todavía enfrenta las secuelas de ese episodio.

Yo aún padezco un estrés postraumático, es algo con lo que voy a tener que vivir siempre, expresa el ex silbante, quien incluso vive un calvario en díaz festivos cuando escucha el estallido de los fuegos artificiales.

De regreso al presente, Díaz afirma que ser considerado para el duelo de Revanchas le ha ayudado, porque he recibido el apoyo de los jugadores mexicanos y alemanes.

Y deja claro que incluso la tecnología del videoarbitraje (VAR) habría respaldado las decisiones polémicas que tomó en el encuentro que significó la eliminación de México en el Mundial de 1986.

El VAR me hubiera dado la razón, porque actué con honestidad, ataja con seguridad.