Cultura
Ver día anteriorDomingo 6 de agosto de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 

Estrenan La desobediencia de Marte, obra de Juan Villoro, en el teatro Helénico

A escena, la rivalidad de dos astrónomos y la confrontación generacional
Foto
El escritor Juan Villoro con los actores Joaquín Cosío y José María de Tavira, así como el director Antonio Castro, durante el anuncio del montaje de la obra que explora la tensión y disputa de los científicos Tycho Brahe y Johannes KeplerFoto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Domingo 6 de agosto de 2017, p. 4

Admiración y desconfianza, colaboración y confrontación, amistad y antipatía, rivalidad y dependencia mutua se conjugan en la puesta en escena La desobediencia de Marte, pieza dramatúrgica escrita por Juan Villoro que se estrenó el viernes en el teatro Helénico.

La obra trata sobre los astrónomos Tycho Brahe y Johannes Kepler, quienes a pesar de su rivalidad se reúnen para descifrar las órbitas de los planetas; esa historia se mezcla con la de dos actores, que ensayan una puesta en escena donde encarnan a esos personajes históricos.

Con las actuaciones de Joaquín Cosío y José María de Tavira, y dirección de Antonio Castro, el montaje se desarrolla en dos planos, el histórico y el contemporáneo, explicó Villoro.

Atracción y repulsión

La disputa entre los astrónomos por descifrar las órbitas de los planetas, en la que uno busca que sus ideas prevalezcan sobre las del otro, se amalgama con la vida íntima de Cosío y De Tavira, quienes representan a dos generaciones de creadores escénicos, que experimentan violentos procesos de atracción y repulsión.

En el terreno histórico, Kepler era un científico teórico, el mejor matemático de su época. Brahe, era empírico y había desarrollado las mejores tablas de medición. El primero conocía mejor que nadie el curso de las estrellas, pero el segundo sabía cómo interpretarlas. Tycho conocía tan bien el firmamento que descubrió, a ojo desnudo, una nueva estrella, una supernova, mientras Johannes, con muy mala vista, nunca pudo ver a través de un telescopio, no obstante tenía en su favor una enorme capacidad teórica.

Con desconfianza recíproca, ambos se necesitaban. De esa mezcla de rivalidad y dependencia surgió la teoría que permitió descifrar las órbitas de los planetas.

Así 1600 y 2017, el cosmos, las matemáticas, las observaciones astronómicas y los confines del universo se mezclan y gravitan con la intimidad de dos actores con distintas experiencias y trayectorias y con ciertas reflexiones sobre el quehacer teatral, como metáfora de la condición humana y la confrontación de generaciones.

La obra surgió de la lectura, en 1982, del libro Los sonámbulos, de Arthur Koestler, donde se registra el encuentro de Kepler y Brahe, recordó Villoro.

Para Antonio Castro en la obra de Villoro destaca también el aspecto relacionado con la identidad masculina, pues de una manera muy original habla sobre distintos paradigmas de masculinidad, no sólo de la tensión entre Johannes Kepler y Tycho Brahe, sino también entre el actor joven y el maduro. Uno que es más purista y el otro que es un guerrero de mil batallas.

Prosigue Castro: la tensión entre los personajes-actores explora dos ideas muy distintas de lo que significa ser un hombre.

Algo interesante, concluye el director, es que de repente lo dicho por los personajes históricos empieza a rebotar entre los personajes contemporáneos y llega un momento en que no se sabe en cuál de los dos planos se está. De alguna manera, los personajes-actores van y vienen de la ficción.

Con escenografía del artista Damián Ortega, vestuario de Edyta Rzewuska, iluminación de Víctor Zapatero, diseño original sonoro de Miguel Hernández, La desobediencia de Marte tendrá temporada del 4 de agosto al primero de octubre.

Las funciones son los viernes a las 20:30 horas, sábados a las 18 y 20:30 horas y domingos a las 17 y 19:30 horas en el teatro Helénico (avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn). Luego, adelantó Castro, la obra se llevará a unas 20 urbes del país.