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19/S: El dolor y la esperanza

Cuando vimos todo lo que había caído, no era posible que nos quedáramos: Maribel

El terremoto del 19, primero que obligó a evacuar el Hospital General La Raza

Pese a la magnitud, se hizo con orden y todo mundo colaboró, señala la subjefa de enfermeras

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Aspecto de las instalaciones del Hospital General La Raza, del Instituto Mexicano del Seguro SocialFoto La Jornada
 
Periódico La Jornada
Martes 26 de septiembre de 2017, p. 17

Todos los sismos que han ocurrido en la mañana en los pasados 22 años le han tocado a Maribel en su trabajo de enfermera en el Hospital General La Raza, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), pero el de la semana pasada fue el primero que obligó a evacuar el edificio. La caída de plafones, aplanados de paredes y algunos muros falsos preocupó a la brigada de protección civil. Por seguridad, organizamos la salida.

Fueron minutos complicados porque las personas que estaban adentro buscaban abandonar el edificio, y en contraflujo se encontraban a las mamás que subían a los pisos 8 y 9 a buscar a sus hijos internados. A pesar de la preocupación y el susto, todo se hizo con orden.

Los protocolos indican que en caso de sismo, se cuenta con 60 segundos para que quienes estén en los pisos inferiores y hasta el tercero salgan a zonas de seguridad, pero cuando vimos todo lo que había caído, no era posible que nos quedáramos.

Maribel es subjefa de Enfermería e integrante del comité de protección civil. Recuerda cómo el pasado martes, a pesar de la magnitud del sismo (7.1) todos colaboraron y querían ayudar, principalmente a bajar a los niños.

En momentos como esos también se toman decisiones complicadas, como las de los jefes de las áreas de terapia intensiva pediátrica. El doctor Tena, del octavo piso, nos dijo que él se quedaba y con él las enfermeras, con sus pacientes. De haberlos movido los habrían colocado en una situación de mayor riesgo para su salud y su vida.

En el séptimo piso existe otra área de terapia intensiva pediátrica. El personal también se quedó y en los quirófanos, las cirugías continuaron.

Todo bajo control

Todo eso le tocó ver a Maribel y luego bajar hasta donde ya se encontraba la mayoría de pacientes con sus familiares y los trabajadores. Se habían ubicado sobre Circuito Interior, como prevé el manual. Cuando llegó ahí sus compañeras enfermeras ya se habían organizado por servicio y tenían el control de sus enfermos.

Lo que seguía era esperar las indicaciones del director del nosocomio, Guillermo Careaga, sobre el reacomodo de los derechohabientes, lo que ocurrió minutos después. A causa de los destrozos, los pisos 8 y 9 se mantienen desocupados, mientras se hacen las reparaciones. El dictamen de los peritos señala que el hospital sufrió daños menores, que se puede ocupar sin riesgo para los usuarios.

Nadie se movió, ni siquiera porque terminaron su turno. La subjefa de Enfermería también comenta que varios de sus compañeros se ofrecieron para quedarse mientras se reorganizaban los servicios. La solidaridad se impuso y Maribel lo agradece, igual que a las personas que la apoyaron con sus hijas. Una estaba en la secundaria y otra en la preparatoria.

Estaban bien y yo no podía ir con ellas. Maribel normalmente termina su turno a las 4 de la tarde; ese día se fue a las 10 de la noche.