El año en curso es el más violento de las dos décadas recientes. Tan sólo de enero a noviembre, las fiscalías y procuradurías estatales reportaron en conjunto la apertura de 23 mil 101 carpetas de homicidios dolosos, esto es, 692 más que todo lo registrado en 2011, lapso –durante el sexenio de Felipe Calderón– que poseía el récord en la materia. Los 23 mil 101 expedientes mencionados revelan muerte violenta, durante los primeros 11 meses del año, de 26 mil 573 personas, según cifras oficiales compiladas por la Secretaría de Gobernación (SG). Las cifras de expedientes y víctimas son distintas porque en una misma carpeta de investigación se puede incluir más de un deceso.

Al mismo tiempo de que fueron difundidas las cifras de incidencia delictiva, Gobernación emitió el diagnóstico de la situación que guardan las policías estatales. Se destaca que la mitad del país tiene apenas 50 por ciento requerido –según normas nacionales e internacionales– de policías preventivos. Justo las entidades con mayor rezago de fuerza policial presentan incrementos de delitos de alto impacto.

El estado real de fuerza a escala nacional es de 120 mil un agentes. Las entidades federativas requieren formar a 115 mil 943 nuevos elementos para alcanzar el estándar mínimo de 1.8 policías por cada mil habitantes, que significan 235 mil 944 elementos.

Según los datos de los propios gobiernos estatales, en México es necesario dar de baja a 8 mil 921 policías porque reprobaron los exámenes de control de confianza. El mayor número de reprobados se ubica en Sinaloa, Baja California Sur y Nayarit.

Al 31 de octubre, sólo los policías de 19 entidades tenían salarios básicos de 9 mil 933 pesos al mes, pero ningún estado daba a sus uniformados las seis prestaciones básicas.

Asesinatos

Sólo en noviembre pasado, 2 mil 595 personas murieron en hechos clasificados por la autoridad como homicidio doloso, para lo cual fueron abiertas 2 mil 212 carpetas o averiguaciones previas.

El mayor número de asesinatos se ubica en Guerrero, y le siguen de cerca el estado de México y Baja California.

Si la revisión se hace con base en la tasa por número de habitantes, la más alta continúa en Colima, con una medición histórica de 83.31 homicidios por cada 100 mil habitantes; seguida ahora de Baja California Sur, la cual también presenta un nivel de incidencia delictiva sin precedente al alcanzar una tasa anual parcial (enero-noviembre) de 61.62; ahora el tercer sitio es Guerrero con 58.60.

Los datos anteriores fueron emitidos anoche por el secretariado ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública de la SG en el contexto de una nueva metodología de clasificación de delitos, cuya responsabilidad de registro y de investigación es de las procuradurías y fiscalías estatales.

El número de víctimas tiene registro de 2014 a la fecha, mientras del resto de los delitos se cuenta con estadística de 1997 a 2017. Por tanto, con el acumulado de noviembre, dado a conocer ayer, el presente año se ubica como el más violento; falta por contabilizar lo correspondiente a diciembre.