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Bella estirpe o Los ríos de la sed, poemas y prosas dedicados a personas con dipsomanía

Periplo literario por el difícil territorio que comparten alcohol y creatividad

No estoy muy seguro que haya un vínculo…

Cada cabeza es un mundo: Gonzaga Pérez

 
Periódico La Jornada
Jueves 4 de enero de 2018, p. 5

El escritor guerrerense Virgilio Gonzaga Pérez (Tlapehuala, 1964) presentó su más reciente obra, Bella estirpe o Los ríos de la sed, ejemplar constituido por una serie de poemas y prosas dedicados a diversas personalidades que padecieron dipsomanía.

El poeta, narrador, pintor y maestro egresado de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa (generación 1980-1984), relata –haciendo uso de elementos reales y ficticios– diversos escenarios de ebriedad y resaca inspirados en Malcolm Lowry, Amy Winehouse, Charles Bukowski, Arthur Rimbaud, Elizabeth Bishop y Silvestre Revuelta, entre otros artistas, quienes mediante la ingesta de bebidas alcohólicas crearon obras notables e ingeniosas.

“Recuerdo que durante mi infancia y adolescencia conocí a muchas personas que lidiaban con el alcohol: familiares, allegados, vecinos que tuvieron consecuencias mortales por su excesiva forma de beber. Entonces decidí llevar a cabo una investigación de campo para después trabajarla en prosa y poesía.

Sin embargo, a lo largo de la trama, surgió la idea de desarrollar la vida de un virtuoso que padeció alcoholismo; un joven que tuvo una vida por delante, que disfrutó beber para encontrar una forma de inspiración a la par de pasarla bien. Entonces, contemplé una lista con 30 nombres de los artistas a quienes me encantaría dedicarles poemas o historias, luego la depuré y dejé sólo a 16, precisó el autor en entrevista con La Jornada.

No todos los condenados, como los denomina Gonzaga Pérez, son extranjeros, también incluyó a su paisano Javier Mariano Sánchez (1956-2008), pintor originario de Ciudad Altamirano, con quien compartió varias anécdotas (noches de juerga) hasta su fallecimiento a consecuencia de un cáncer de estómago.

–¿Hay un vínculo entre la bebida y la creatividad?

–No estoy muy seguro. Conozco casos de autores en ese estado emocional o fisiológico que han hecho cosas muy interesantes. Tenemos al novelista inglés Malcolm Lowry, quien escribió Bajo el volcán en 1947, y es considerada una obra maestra de la literatura. Cada cabeza es un mundo.

–¿Durante su investigación recurrió a la bebida?

–Para nada –la risa lo interrumpe–: editar este libro me llevó casi año y medio y no hice más que trabajar. Desde hace muchos años me volví una persona abstemia. Aunque confieso que alguna vez quise experimentar mientras creaba un óleo. Cuando estaba eufórico por el alcohol, comencé a pintar hasta quedarme dormido. Al otro día miré detenidamente el resultado y no fue lo que esperaba.

–¿Hay alguna moraleja en su obra?

–Ninguna. No estoy a favor ni en contra del consumo de alcohol. Pero me duele mucho que niños y adolescentes echen a perder su vida por esta situación, por lo que espero que este volumen incite a reflexionar sobre esa difícil enfermedad física y emocional.

Virgilio Gonzaga Pérez diseñó la portada de su libro, donde exhibe en una botella un cerebro, en un plato un hígado y en un vaso un corazón, órganos que aparentemente son los más afectados por el consumo de alcohol.

Publicado por el sello Diablura Ediciones, Bella estirpe o Los ríos de la sed, se encuentra disponible en la librería de La Jornada.