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Tras el sismo, el bosque de Tláhuac enfrenta abandono, saqueo y abusos

Se ha convertido en tiradero de cascajo

No hay autoridad que impida y castigue

El lago, atractivo principal, se secó por una grieta que provocó el sismo: usuarios

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Varadas entre lodo y maleza se encuentran las lanchas que ofrecen paseos en el lago del bosque de Tláhuac, que se secó por una grieta que provocó el sismo del 19 de septiembreFoto Rocío González Alvarado
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Desolado y abandonado luce el bosque de Tláhuac, que es utilizado como tiradero de cascajo sin que ninguna autoridad intervenga para impedir y castigar este ilícitoFoto Rocío González Alvarado
 
Periódico La Jornada
Lunes 7 de mayo de 2018, p. 37

Abandonado por las autoridades, el bosque de Tláhuac se ha convertido en depósito de cascajo, y el jardín botánico ha comenzado a sufrir el saqueo de plantas en peligro de extinción que desde hace más de 12 años se resguardaban en este espacio.

En un recorrido, usuarios y trabajadores de este pulmón verde detallaron que a raíz de que el lago, principal atracción del bosque, se secó por la grieta que causó el sismo del 19 de septiembre, la afluencia de visitantes disminuyó, al igual que la vigilancia, lo que ha llevado a que se cometan todo tipo de abusos.

A plena luz del día, contaron, es frecuente que entren camiones con material de desecho, a pesar de que se trata de suelo de conservación. Ignoramos si están autorizados para hacerlo, pero me imagino que tienen permiso porque no se ocultan al hacerlo. Dicen que es para subir el nivel del terreno, relataron los usuarios.

Junto a las montañas de cascajo se encuentra el jardín botánico que alberga cactáceas y plantas suculentas como magueyes, siemprevivas, biznagas y patas de elefante, entre otras especies que se había logrado conservar pese a la falta de personal, pero que a últimas fechas ha sido saqueado.

No son especies que la gente se pueda llevar en mochilas; la última vez se robaron 32 biznagas y cactus hasta de un metro y medio, irremplazables; es difícil que una o dos personas puedan cargarlos, presumimos que llegaron con equipo, herramienta y vehículos para trasladarlos, refirieron los trabajadores, quienes señalaron que una sola planta de ese tamaño puede costar en el mercado hasta 10 mil pesos.

Al lado hay un invernadero en el olvido, que se había planeado reactivar con más instalaciones que se concluyeron en 2016, sin que a la fecha se utilicen.

Sin embargo, el peor escenario es el lago, donde permanecen varadas, entre el lodo y la maleza, las lanchas que ofrecían paseos en el espejo de agua. La grieta que lo partió en dos ya fue reparada y comenzó a fluir el agua, pero lentamente.

Las autoridades delegacionales se habían comprometido a tenerlo listo a mediados de abril, pero aún no se ha llenado ni la cuarta parte. Los del Sistema de Aguas de la Ciudad de México abren la toma dos horas diarias, pues así ni para cuando, se quejaron los comerciantes, que han visto mermada sus ganancias por la falta de visitantes.

Las únicas áreas donde hay actividad son la alberca olímpica techada y un gotcha, el resto del bosque luce desolado, aún los fines de semana.