Estados
Ver día anteriorLunes 11 de junio de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Distrito independencia

Vecinos de Monterrey se oponen a megaobra

El proyecto, apoyado por autoridades, IP e Iglesia, incluiría un santuario y un teleférico; uniría la capital con San Pedro Garza García

Foto
▲ El cerro de Loma Larga divide la popular colonia Independencia, en Monterrey, Nuevo León, de la lujosa zona Valle Oriente, en San Pedro Garza García. Esa extensión de la Sierra Madre Oriental se vería afectada con un proyecto para unir ambas localidades, el cual incluye un viaducto, un teleférico, un centro comunitario, comercios, departamentos y una gran cruz.Foto Érick Muñiz
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 11 de junio de 2018, p. 30

Monterrey, nl

Empresarios, la Iglesia católica, el gobierno estatal y varios ayuntamientos se unieron en torno a un proyecto que pretende cambiar el rostro del barrio más antiguo y emblemático de Monterrey: la colonia Independencia.

El proyecto, cuyo costo se calcula en al menos 900 millones de pesos, consiste en un viaducto de seis carriles que enlazará la capital regiomontana con el municipio conurbado de San Pedro Garza García, –una de las ciudades más ricas del país.

El plan incluye un centro comunitario, Metrocable (teleférico), establecimientos comerciales, viviendas y una cruz que sería la más grande del mundo, superando a la ubicada en San Lorenzo de El Escorial, en Madrid.

Autoridades gubernamentales y eclesiásticas han divulgado ampliamente la obra, que forma parte del proyecto Distrito Independencia y busca convertir la zona de la Loma Larga –extensión de 10 kilómetros de la Sierra Madre Oriental que divide ambas demarcaciones– en un corredor urbano, turístico y comercial.

Sin embargo, un grupo de vecinos se opone a la conversión de su barrio, pero ha sido minimizado y desacreditado por los promotores.

La obra ya enfrentó a dos destacados integrantes del Partido Acción Nacional: Felipe de Jesús Cantú Rodríguez, candidato a la alcaldía de Monterrey, quien respalda a los inconformes, y Mauricio Fernández Garza, presidente municipal de San Pedro Garza García, quien considera a los quejosos ‘‘invasores’’ y, junto con el munícipe regiomontano, el priísta Adrián de la Garza, apoya los trabajos.

Primero ambos ayuntamientos anunciaron la Interconexión, una avenida que parte del centro de Monterrey, sube por la colonia Independencia, pasa a un lado de la Basílica de Guadalupe y llega a lo alto de la Loma Larga.

Esa es una de las zonas más desprotegidas del área metropolitana, donde los cárteles de la droga reclutaron jóvenes para la guerra que tuvo su apogeo entre 2010 y 2014, en el gobierno del priísta Rodrigo Medina de la Cruz.

La semana pasada, el arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López, ofreció una rueda de prensa para revelar que la Iglesia planea dar a la capital la cruz monumental más alta del mundo, en la cresta de Loma Larga.

El jerarca de la Iglesia católica informó que ya se liberaron los terrenos donde se pretende erigir La Cruz de Monterrey, que tendrá un acceso y un mirador para que los visitantes admiren toda la zona metropolitana.

Se proyecta que este monumento mida 160 metros de alto por 90 de ancho, con lo que superaría al del Valle de los Caídos, en Madrid, que mide 150 metros de altura.

Al pie de la cruz, donde actualmente hay un puñado de casas, algunas de ellas abandonadas y que sirven de refugio a delincuentes, se planea construir un centro comunitario y una explanada. El conjunto se llamará Memorial de la Misericordia.

Además se prevé edificar un puente vehicular que comunique Monterrey con San Pedro, y una explanada con un corredor para conducir a los peregrinos hacia la basílica, con estacionamiento subterráneo para 500 autos, edificios de apartamentos y un teleférico similar al instalado en el estado de México, el año pasado.

El costo de la Interconexión se calcula en 900 millones de pesos, pero el del Memorial de la Misericorida no se ha dado a conocer.

Durante la rueda de prensa en el arzobispado, Cabrera López informó que el encargado del proyecto es el sacerdote benedictino fray Gabriel Chávez, especializado en arquitectura religiosa y responsable del diseño de las basílicas de Guadalupe en la Ciudad de México y en Monterrey. Aseguró que ya se cuenta con la aprobación de los vecinos.

Sin embargo, hay un grupo que desde junio del año pasado se opuso e incluso bloqueó la avenida Zaragoza, a un lado del palacio municipal de la capital regiomontana para oponerse a la Interconexión.

La semana pasada los inconformes se manifestaron en lo alto de Loma Larga, en rechazo al Memorial de la Misericordia. Los integrantes de la Junta de Vecinos en Resistencia de las Colonias Independencia, Tanques y América saben que enfrentan a empresas muy poderosas, entre ellas Cementos Mexicanos, que apoyan el proyecto.

No obstante, advierten que están dispuestos a dar la batalla porque están en riesgo de ser expulsados del lugar que han habitado sus familoias desde el siglo XIX, cuando la colonia Independencia nació como el barrio de San Luisito.

Sus habitantes provenían del vecino estado de San Luis Potosí y llegaron para trabajar la cantera rosa, que se empleó en edificaciones como el palacio de gobierno. En 1910, el entonces gobernador, el general Bernardo Reyes, dio a la colonia su nombre actual.

Alertan colonos sobre la ‘‘privatización del cerro’’

La semana pasada, en una manifestación, los vecinos denunciaron que los gobernantes ‘‘están disponiendo de Loma Larga sin respeto ni consideración por la naturaleza y la comunidad .

‘‘El Proyecto Cruz de Monterrey, al igual que la interconexión vial Monterrey-San Pedro, son obras invasivas de hiperurbanismo que traerán destrucción ecológica, así como la inminente privatización del cerro, de las colonias y los barrios’’, expusieron en un comunicado.

Exigieron dar a conocer los estudios geológicos y de impacto ambiental del proyecto, y recordaron que el Atlas Nacional de Riesgos señala que Loma Larga no debe ser intervenida con obras de alto impacto.

Los colonos, encabezados por Érika Charles, argumentaron que se pretende entregar al proyecto uno de los tanques de agua que abastece a los colonos, lo cual vulnera sus derechos humanos.

‘‘Es la privatización de bienes públicos con miras a la expulsión de comunidades. Es la privatización del cerro, la entrega de reserva territorial del estado para un proyecto turístico’’, advirtieron.

Para el analista Raúl Rubio, se trata de dos proyectos inmobiliarios cuyos promotores buscan ‘‘apropiarse de los terrenos de la colonia Independencia. Sin permiso alguno, pero con muchas ansias de usufructo, van con todo en perjuicio de los habitantes y la ecología de Loma Larga’’.