Opinión
Ver día anteriorMiércoles 20 de junio de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Intervalo
E

l Campeonato Mundial de Futbol en Rusia se metió de lleno en el ánimo, los gustos, enojos, alegrías y pesares de los mexicanos. Un hálito de aire distinto permite ahondar lo que por ahora sucede y, en especial, lo que vendrá después de este intervalo entre campañas.

Algo parecido ha de ocurrir en otros o todos los demás países afectados por tan atendido acontecimiento deportivo. El ríspido ambiente, que aquí atosigaba a los electores, sin duda resintió el benéfico golpe que dio la selección mexicana al triunfar sobre la de Alemania, campeona del pasado cotejo, en Brasil.

El efecto durará varios días, quizá la semana entera y algo se verá trasmutado en cuanto a la propensión del voto por uno u otro candidato. No será un cambio drástico, pero dará un poco más de reposo y tiempo para que los ciudadanos mediten su decisión frente a las urnas. También se podrán replantear los ataques entre rivales que, en estas horas finales, tienen ya dudoso efecto para disminuirlos.

Por lo pronto, hay que recobrar ciertos asuntos que han ido quedando de lado frente a las urgencias discursivas para atraer simpatías populares.

Ha llegado el momento en que, tanto el puntero como los rezagados en la contienda, fijen su atención en los meses que restan de esta desfalleciente administración. Voltear a escudriñar, con renovada mirada, lo que está obstruyendo las venas de la vida organizada de la nación. Los tres principales candidatos en pugna han ofrecido actuar sobre la injusticia que afecta a la sociedad mexicana.

La enorme brecha entre clases existente no debe ahondarse más, tal y como viene sucediendo. La diferencia entre las ofertas de ellos estriba, precisamente, en las condicionantes que mitigan o empujan las desigualdades. Dos de ellos (partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional) al alinear sus coaliciones por la continuidad del modelo vigente. En el fondo de sus propuestas y visión de futuro, coinciden con la manera en que se soslaya a los pobres y marginados del poco o mucho desarrollo logrado.

Al mismo tiempo se afanan por conservar los privilegios que llevan a la grosera concentración de oportunidades y riquezas en unas cuantas familias situadas en la cúspide de la pirámide de ingresos. Bien podría decirse, por la experiencia pasada y la problemática actualidad, que estos dos contendientes y sus masivos apoyos, se dirigen a cumplir con sus mandantes cupulares.

El otro candidato, de Morena, propone un cambio drástico en dicho modelo de feroz acumulación. De plano avanza la necesidad de trastocarlo para detener la tendencia propiciadora de la desigualdad. Y lo propone, no sólo por el afán justiciero –ético y moral– que sería definitivo, sino porque, al introducir modificaciones en el modelo, se reducen las ineficiencias que lastran el crecimiento y la creación de oportunidades compensatorias que harían funcionar mejor el aparato productivo.

Es en este aspecto, el panorama que tiene Morena y su abanderado presidencial, apunta hacia este crucial aspecto de su oferta política: la justicia distributiva.

Andrés Manuel López Obrador asegura que no habrá aumento de impuestos. Y, en verdad, por ahora al menos, necesita rehuir tan polémico asunto. Lo importante es trabajar para que las normas fiscales cumplan su cometido. La venidera y ya prefigurada administración tiene frente a ella dos polos de actuación ineludibles.

Uno, por demás delicado, obliga a eliminar los onerosos privilegios que pelean y gozan un puñado de sujetos fiscales. Precisamente esos que capturan buena parte de los ingresos totales. La otra, requiere voltear a escudriñar las urgentes necesidades de los de mero abajo, ya bien exploradas por lo demás. Ahí, en esa prensada realidad, se debe actuar, como motor compensatorio. Aumentar los ingresos y salarios, deprimidos por la manipulación del modelo imperante, será consigna justiciera. Esta pinza de campos es, en verdad, la palanca indispensable para la inmediata actuación exigida para dar seguridades al presente afán de cambio que el electorado votará el primero de julio.