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Restauración fallida de talla medieval, nuevo Ecce Homo
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▲ Detalles de la estatua de San Jorge, del siglo XVI, cuya intervención resultó desafortunada.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Jueves 28 de junio de 2018, p. a15

Madrid

La historia del Ecce Homo, la pintura de un Cristo restaurada por una anciana que le dejó un aspecto simiesco, se repite en España con la poco afortunada restauración de una talla medieval de San Jorge en el pueblo de Estella.

Buscando ‘‘Estella’’ en redes sociales se encuentran rápidamente las imágenes del antes y el después: la estatua de San Jorge a caballo descolorida se convierte en una figura a todo color, con tonos fríos y la expresividad facial de un personaje de los cómics de Tintín.

La figura del siglo XVI se encontraba en la iglesia de San Miguel de Estella, en Navarra, y estaba catalogada como bien de interés cultural, por lo que cualquier manipulación debía contar con autorización del gobierno regional.

‘‘Es una pieza interesante, de alrededor del año 1500, de tamaño grande y bien conservada’’, dijo el director regional de Patrimonio Histórico, Carlos Martínez Álava, quien se enteró de la restauración por aviso de un vecino del pueblo.

Rascado y lijado

Sorprendidos por la intervención, visitaron la iglesia a principios de junio y se encontraron con un trabajo ‘‘sin profesionalidad y sin control’’, hecho por una empresa de manualidades local.

‘‘Han cubierto la pintura del siglo XVI con pinturas actuales, también parece que se ha hecho alguna labor de rascado y algún lijado que no son prácticas que estén dentro de la restauración actual’’, denuncia Martínez, cuyos técnicos estudian ahora cómo ‘‘desrestaurar’’ la pieza.

La hilaridad inicial de los internautas contrastaba con la indignación de las autoridades públicas y el sector cultural.

‘‘No podemos tolerar más atentados contra el patrimonio cultural’’, afirmó en un comunicado la Asociación de restauradores española, que amenazó con interponer una denuncia ante la justicia.

Medios de todo el país se acercaron en días recientes a este municipio montañoso de 13 mil habitantes con un importante patrimonio medieval, pero la pieza se encuentra cubierta con una tela y en una capilla cerrada ahora al público.

‘‘No queremos que esto se convierta en un lugar de peregrinaje como sucedió en Borja’’, dijo el alcalde Koldo Leoz.

Ell caso recuerda inevitablemente al Ecce Homo del pueblo de Borja, que fue restaurado en 2012 por una vecina octogenaria que se convirtió en hazmerreír mundial al desfigurar totalmente el fresco.