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México D.F. Martes 1 de julio de 2003

 
Pide a futuros diputados no olvidar problemas de pobres e indígenas

Señora directora: Solicito de manera atenta y respetuosa la publicación de la siguiente carta en El Correo Ilustrado.

Con la extradición del genocida Ricardo Miguel Cavallo hemos sido testigos de un paso más hacia la consecución de la justicia para quienes hemos sido víctimas de prácticas que constituyen delitos contra la humanidad. Podemos mantener viva la esperanza de que quienes se encuentren paseándose por nuestras calles gozando de total impunidad un día no muy lejano estarán sentados en el banquillo de los acusados.

Ahora, cuando los partidos políticos y sus candidatos a diputados federales no alcanzan a balbucear una propuesta política seria, es necesario recordarles que sus antecesores, sobre todo del PRI, han sido los cavallos de nuestro país; así tenemos, entre otros, a Rubén Figueroa en Guerrero, quien después de ocho años de la masacre de Aguas Blancas no ha sido llamado a cuentas.

En Oaxaca Diódoro Carrasco Altamirano pisotea las calles de nuestra ciudad con toda impunidad, lo que constituye una burla más a los indígenas zapotecos de la región loxicha, que en su sexenio sufrieron la barbarie del genocidio por sus presuntos vínculos con el EPR; indígenas de los que 14 se encuentran purgando penas hasta de 30 años de prisión por delitos que no cometieron.

Es tiempo de recordarles a los diputados federales que en breve abandonarán sus responsabilidades (que la mayoría no supo cumplir) que con los pobres y los indígenas dejaron pendientes, como una ley de amnistía federal para presos y perseguidos políticos y de conciencia, para así mitigar un poco las injusticias que se han cometido contra luchadores sociales, indígenas y pueblo en general en sexenios pasados y en el presente mismo.

A quienes ya tienen un lugar seguro en el Congreso federal y a los aspirantes es necesario que sepan que en nuestro país hay presos políticos y de conciencia, y que organizaciones y familiares seguiremos pugnando por la aprobación de una ley de amnistía federal.

Así, es necesario refrendar el compromiso por la defensa de los derechos humanos, la libertad y la justicia en nuestro país y seguir exigiendo ¡presos políticos y de conciencia, libertad!, ¡desaparecidos, presentación!

 
Juan Sosa Maldonado, vicepresidente de la Organización de Pueblos Indígenas Zapotecos, OPIZ



Martín Longoria niega ser operador del gobierno de Chiapas

Señora directora: Le pido atentamente la publicación de esta carta de aclaración a la nota de Hermann Bellinghausen publicada el 29 de junio en su prestigioso diario.

El señor Bellinghausen, a quien no conozco personalmente, miente al asegurar que soy "operador del gobierno chiapaneco" y que soy "funcionario de la SEPI" pues para ello tendría que estar contratado en dicha dependencia y no lo estoy, como puede corroborarlo en las instancias administrativas correspondientes.

Es verdad que no soy ajeno a la región de la Selva, pues desde hace más de 13 años he participado en el proceso social y político chiapaneco; particularmente he apoyado la lucha de los tzeltales de la Selva y sus organizaciones, como la ARIC-ID y la COAO; soy compañero de lucha y mucho me honra haber sido amigo y colaborador de numerosos líderes indígenas, entre los que destacan Porfirio Encino y Juan Vásquez.

Sin embargo, falta a la veracidad a la que está obligado profesionalmente pues no he sido "ideólogo" de nada ni de nadie, ni he "organizado grupos armados contra los zapatistas"; por el contrario, es pública y notoria mi militancia en la causa de la democracia, la lucha social y la paz desde la sociedad civil, como diputado y como dirigente político.

Más grave es que para sostener su opinión se escude en la figura de un respetado historiador y no investigar profesionalmente. Es parcial y tendencioso utilizar la reproducción de una página de cuaderno de un tallerista de la organización Slohp (raíz, en tzeltal), en la que, a partir de la técnica educativa popular del "árbol social", se analizaban distintos aspectos de la coyuntura interna de las comunidades en las Cañadas para derivar de ahí una posición antizapatista de mi persona y mucho menos darle a ese espacio la capacidad conspirativa de organizar rivalidades armadas.

El Slohp fue un espacio educativo de análisis de la realidad y de aporte para las discusiones comunitarias en el que participaron dirigentes de la Unión de Uniones y catequistas de la pastoral social en las Cañadas; participaron personas que después serían dirigentes o miembros de la Unión de Uniones, de la ARIC-ID y del EZLN.

Sin embargo, la intolerancia y el sectarismo político le impiden a Bellinghausen ser objetivo con la historia de las Cañadas anterior al 1º de enero de 1994, en esto no se diferencia en nada de la historia de Carlos Tello, quien cambió la versión original de su libro, conveniente al salinismo, acerca de que el obispo de San Cristóbal era el "comandante Samuel" por la interpretación conveniente al zedillismo de que Samuel Ruiz era "enemigo" de los zapatistas, la única diferencia con esa versión es que su reportero la copia desde una posición política distinta, ¡los extremos se juntan!

La plaga emocional de quienes le ofrecen versiones y le alimentan resentimientos se ha apoderado de Bellinghausen, ni siquiera es capaz de leer La Jornada, en la que diversas notas publicadas este año por Rosa Rojas y Matilde Pérez han dado cuenta de mis vínculos con Chiapas y mi opinión sobre Montes Azules.

Resumo brevemente mi opinión sobre Montes Azules: estoy en contra de la política federal de desalojo y las justificaciones conservacionistas que niegan los derechos agrarios, ambientales y territoriales de los habitantes de la reserva ambiental; la solución de este conflicto debe surgir de la participación y el diálogo entre las partes involucradas, principalmente la ARIC-ID y el EZLN; es posible la conservación y el rescate ambientales en la medida que los habitantes asuman y defiendan tal propósito. La sociedad civil y la comunidad ambientalista deberían superar con propuestas la falaz disyuntiva federal.

No soy zapatista del EZLN, he tenido una militancia política perredista abierta y pública; eso no me hace enemigo de ellos ni contrainsurgente; por el contrario, seguiré sosteniendo que la izquierda debe ser la principal impulsora de la democracia y la pluralidad, aunque artículos como el comentado prefieran dañar personas que buscar simple y sencillamente la verdad.

 
Martín Longoria Hernández



Acerca de iniciativa de ley para conservación de la biodiversidad

Señora directora: Me dirijo a usted respetuosamente con el fin de notificarle algunas aclaraciones y precisiones respecto de una nota informativa, publicada en la edición del viernes 27 de junio, firmada por su corresponsal Angeles Mariscal, en la que da por hecho la presentación de la iniciativa de ley para la conservación de la biodiversidad y protección ambiental del estado de Chiapas; incluso se afirma que ésta se turnó a las comisiones de Gobernación y Puntos Constitucionales para su dictamen.

Al respecto, quiero aclararle que tal iniciativa aún no se ha presentado en el pleno de esta 61 legislatura del Congreso de Chiapas, por lo que es totalmente falso que se haya turnado a las comisiones legislativas antes citadas.

Lic. David Martínez Hernández, director de Comunicación Social del Congreso del estado de Chiapas



Recuerda al poeta Carlos Illescas

Señora directora: El 22 de junio pasado se cumplieron cinco años del fallecimiento del revolucionario y poeta guatemalteco Carlos Illescas. Su periódico publicó en 1998 la nota de su muerte. Estas letras no tienen pretensiones protagónicas ni mucho menos, sino un simple recordatorio, pues Jacobo Arbenz, Augusto Monterroso, Mario Leyva, Otto-Raúl González, Carlos Illescas, y muchos ilustres desconocidos, contribuyeron con letra y sangre a que Guatemala armonizara la gran problemática de conciliar teoría y praxis en un mundo sediento de equidad y justicia.

Le agradecería no olvidar que antes que Cuba, Guatemala tuvo en Latinoamérica la valentía de expulsar la desigualdad y el racismo que hoy en día es moneda de cambio.

Julio Rafael Illescas Monterroso



La política cedió ante la mercadotecnia barata

Señora directora: A menos de una semana de las elecciones del 6 de julio me siento indignado por las campañas electorales. Ni ganas me dan de votar. Parece que la política ha cedido su lugar a la mercadotencia pura y barata. Me da asco ver la ciudad plagada de carteles y banderines con los rostros falsamente sonrientes de los candidatos, que hoy, antes de las elecciones, constituyen una fuente de contaminación visual y que mañana, después de las elecciones, se convertirán en toneladas de basura.

En la televisión los espots hacen multitud y son una verdadera afrenta a la inteligencia de los televidentes. Noto un alarmante despilfarro de recursos y todavía no conozco, fuera de uno o dos pobres eslogans, las propuestas (en el sentido amplio) de todos los candidatos y partidos. ¿Con qué bases voy a votar este 6 de julio? ¿No existirá una manera más racional y fidedigna de dar a conocer al pueblo las diferentes opciones en las que puede utilizar su voto? ¿No podrán ser utilizados los recursos en una forma más inteligente? Yo creo que sí.

Sebastián Vanneuville
 
 

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