jornada


letraese

Número 153
Jueves 2 de abril
de 2009



Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate

opiniom


Rolando Herrero*

Vacunas anti VPH: la salud
antes que la propiedad intelectual


La prevención y el tratamiento del virus del papiloma humano (VPH) definitivamente deben ser parte prioritaria de las políticas públicas, en particular en países en desarrollo, donde el cáncer de cuello del útero es una de las dos principales causas de muerte por cáncer en mujeres. De los 500 mil casos nuevos de cáncer invasor de cuello del útero que ocurren cada año, 80 por ciento se diagnostica en países en desarrollo. Se trata de un cáncer que afecta a mujeres en edades más jóvenes que la mayoría de los cánceres y es más común en mujeres pobres que no tienen acceso a los servicios preventivos. La otra razón fundamental por la que debe ser parte de las políticas públicas es que se trata de un cáncer prevenible por medio de la detección precoz y tratamiento de lesiones precursoras. Muchos países desarrollados han logrado reducciones de hasta 80 por ciento en la incidencia y mortalidad por este cáncer.

La aparición de las vacunas contra el VPH podría tener un impacto importante en la prevención del cáncer porque cerca de 15 tipos de VPH son los causantes de todos los cánceres que ocurren en el cuello del útero, así como un porcentaje variable de cánceres de la vagina, vulva, ano, pene y orofaringe. Las vacunas han demostrado que cuando se aplican en mujeres que no han iniciado relaciones sexuales son capaces de prevenir hasta el 100 por ciento de las lesiones causadas por los dos principales tipos de VPH, el 16 y 18, que son responsables de cerca del 70 por ciento de todos los casos.

Hasta ahora, hay amplia evidencia sobre la eficacia y seguridad de estas vacunas como para incluirlas en programas nacionales. De hecho la mayoría de los países desarrollados ya han iniciado la vacunación masiva de adolescentes.

Entre los principales beneficios de las vacunas comerciales está la prevención de lesiones precancerosas del cuello del útero, vulva y vagina y prevención de infecciones por VPH en el pene. En el caso de la vacuna Gardasil, también previene un alto porcentaje de las verrugas genitales causadas por los tipos de VPH 6 y 11.

En contraste, sus principales limitantes son que no cubren todos los tipos de VPH que causan el cáncer de cérvix, por lo que aún las personas vacunadas deben seguir participando en programas de detección precoz. Por otra parte, requiere refrigeración (lo que dificulta su manejo) y carece de eficacia para las infecciones ya establecidas.

En el Proyecto Epidemiológico Guanacaste, en Costa Rica, hace más de 25 años realizamos estudios sobre la etiología y prevención del cáncer de cuello del útero en zonas de alto riesgo en el país. Actualmente realizamos un ensayo de eficacia de la vacuna contra el VPH 16 y 18 Cervarix. El estudio es independiente de la compañía y financiado por el Instituto Nacional de Cáncer de los Estados Unidos. El estudio está en curso y no se han analizado los datos de eficacia y efectividad pero sí se analizó la eficacia terapéutica demostrándose que estas vacunas no sirven para acelerar la curación de las infecciones ya existentes.

Sobre la polémica del costo de las vacunas comerciales, la salud pública debería tener prioridad sobre la propiedad intelectual, sin dejar de remunerar en forma razonable a los inventores y a las compañías que invierten en el desarrollo de productos. Actualmente la alternativa es la negociación de los gobiernos con las compañías y las compras masivas a través de organismos internacionales (la Organización Panamericana de la Salud, la Alianza Global para Vacunas e Inmunización, etc.). La producción en países en desarrollo fuera del ámbito de las patentes actuales es otra alternativa que debe explorarse.

Pero independientemente de la aplicación de las vacunas, que será en mujeres jóvenes, es necesario implementar otras alternativas para frenar la incidencia de este cáncer. La gran mayoría de mujeres que viven actualmente no se beneficiarán de la vacuna. Los programas organizados de detección precoz de lesiones precursoras y su tratamiento son la alternativa. Actualmente existen nuevas técnicas como el tamizaje con la prueba de detección de VPH. Estas nuevas técnicas aplicadas en la población general son muy prometedoras como posible método de prevención y México es pionero en el mundo en la incorporación de estas técnicas a nivel poblacional en su sistema público de salud.

* Investigador principal del Proyecto Epidemiológico Guanacaste (Costa Rica), uno de los estudios más grandes del mundo en seguimiento de la historia natural del cáncer cérvicouterino.


S U B I R