El entrenador de clavados Jorge Rueda no quiso comprometer a Yahel Castillo para ganar una medalla en el Mundial de Roma, aunque está seguro de sacar un buen lugar.

Estimó que las cuatro preseas (ninguna fue de oro) que su pupilo obtuvo en el serial mundial de la especialidad de la Federación Internacional de Natación Amateur (FINA), que cerró en la alberca olímpica Francisco Márquez a finales de abril, fue un excelente parámetro para las competencias de julio: la Universiada de Belgrado y el campeonato italiano.

En la fosa del Centro Deportivo Olímpico Mexicano, donde entrena solo desde que Paola Espinosa y Rommel Pacheco, así como la entrenadora china Ma Jin y todo su equipo se concentran en Tijuana, Castillo pone más atención en las correcciones que le hace su preparador.

Sobre todo en ese nuevo clavado de 3.8 grados de dificultad (dos y media vueltas al frente con tres giros) que podría presentar en el trampolín de tres metros en el selectivo que habrá dentro de dos semanas, ya que junto, con el campeón olímpico chino Qin Kai, es el único en ejecutarlo, revela orgulloso Rueda.

Recordó que en los Juegos Olímpicos de Pekín Castillo debutó con otro clavado de alto grado de dificultad que lo hizo finalista, aunque a la hora decisiva pecó por novatez. Sin embargo, a nueve meses del compromiso chino, lo vemos más maduro, cimentado y con mejor cartel.

El profesor de educación física resaltó: Espero que sigamos así, poco a poquito ir ganando terreno para los Juegos Olímpicos de Londres 2012, porque nos sentimos muy motivados.

Todos los días Rueda mentaliza a su alumno con frases de motivación, pensando siempre positivamente, porque esa es la actitud que debe tener un entrenador para trasmitirlo a los deportistas: enseñarles a ganar y aprender de las derrotas, enfatiza el entrenador.