Sociedad y Justicia
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Las laxas leyes para castigar ese delito, uno de los problemas

Se eleva en China el número de niños secuestrados, revelan

En el mercado negro los varones son vendidos hasta en 4 mil dólares

 
Periódico La Jornada
Lunes 13 de julio de 2009, p. 44

Dongguan, China, 12 de julio. En el poblado de Shang Di, situado entre ciudades industriales del sur de China, una mujer llamada Deng Huidong saca un triciclo que su hijo de nueve meses usaba el día que fue secuestrado afuera de su casa, en el año 2007.

El pequeño Ruicong fue robado por hombres que iban en una camioneta blanca mientras jugaba en un callejón; desde entonces no se le ha visto.

Ruicong es uno de los cientos, o tal vez miles de niños que desaparecen en China cada año, víctimas de pandillas criminales errantes que se aprovechan de las zonas vulnerables.

Mi corazón sangra, dijo Deng llorando junto a una fotografía enmarcada de su hijo en la bañera.

Sólo quiero encontrar a mi hijo. Cada vez que veo a un niño me pregunto si lo volveré a ver, añadió la mujer.

Si bien China ha dado enormes pasos en lo económico y lo social en décadas recientes, el número de menores secuestrados es elevado en una nación cuya desgarradora política de hijo único y las disparidades en el ingreso avivaron la demanda de herederos varones. El tráfico de personas se extiende a lo largo de China, con denuncias en provincias de todo el país, según testigos y comentarios en sitios web sobre niños desaparecidos.

Algunos varones son secuestrados para servir de apoyo a mendigos, en tanto las mujeres son raptadas y vendidas como prostitutas o como mano de obra esclava en fábricas.

Si bien muchos padres están al tanto del problema y han reforzado la supervisión de sus hijos en lugares considerados peligrosos, en las zonas rurales la falta de publicidad hace que la situación se desconozca y a menudo dejen que los niños jueguen en la calle sin supervisión.

Más de 2 mil casos

Aunque es difícil acceder a cifras, el ministerio chino de Seguridad Pública informó estar investigar 2 mil 566 casos potenciales de contrabando en el año 2008.

Debido a la falta de información y a la dificultad de rastrear niños en un vasto país como China, muy pocos han sido en realidad localizados, dijo Kirsten di Martino, jefa de Protección Infantil de Unicef en China, al responder por escrito un cuestionario de Reuters.

La difícil situación de las familias desmembradas se ve con frecuencia empeorada por el trato indiferente y a veces insensible de la policía local, las laxas leyes en materia de tráfico de niños y su débil aplicación.

En un caso, los contrabandistas se atrevieron incluso a raptar a un niño que estaba en una estación de policía (...); esto deja en claro lo frecuente que son (los secuestros), dijo a Reuters Zheng Chunzhong, propietario de una panadería en Dongguan, cuyo hijo fue secuestrado en 2003.

Desde entonces, Zheng ha presionado a las autoridades de Dongguan para que hagan más por combatir el problema, formando una alianza local de unos 200 padres que efectuaron una marcha de protesta afuera de las oficinas del gobierno local.

Hay demasiados casos de niños desaparecidos, dijo Zheng.

En su informe de este año sobre contrabando de personas, el Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que las leyes chinas en materia de tráfico no se ajustan a las normas internacionales.

Ante esto, se instó a China a mejorar significativamente los esfuerzos por investigar e iniciar procesos judiciales contra los delitos de tráfico y condenar y castigar a los que cometan dichos delitos, incluso a funcionarios públicos que sean cómplices del tráfico. No sólo las leyes actuales para disuadir la compra de niños han fracasado, sino que los valores patriarcales tradicionales permanecen profundamente arraigados en lugares como Chaozhou y en comunidades pobres y rurales, donde las familias no consideran malo comprar un niño plagiado.

Hace falta más control, especialmente en el área de protección social para reducir la dependencia de los padres rurales en sus hijos para que los mantengan de ancianos, cuando están enfermos o tienen otras dificultades, dijo Di Martino.

Los niños pueden alcanzar 30 mil yuanes (4 mil 390 dólares) en el mercado negro, mientras por las niñas se paga un precio mucho menor, de unos 500 dólares, según informes de los medios, lo que lo convierte en un lucrativo negocio ilícito.

Padres como Deng han transformado su dolor en activismo, viajando por toda China con pancartas y volantes de sus hijos desaparecidos, mientras se interconectan por teléfono o por Internet para presionar a las autoridades buscando leyes más duras y una aplicación más efectiva.

Hasta ahora no existen una legislación real que castigue a los compradores (...) si no hay quien compre niños, entonces nadie los raptaría, consideró Deng.

Grupos de padres pidieron directamente a Pekín que extienda la base de datos de ADN de niños desaparecidos, la cual fue creada en mayo de este año.

Todo depende de las acciones del gobierno central. No se puede depender del gobierno local, dijo Zheng. Y agregó: aunque haya incluso solamente uno por ciento de esperanza, de todos modos invertiremos el ciento por ciento de nuestros esfuerzos para encontrar a nuestros niños.