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El artista portugués expone La línea del volcán en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo

La posibilidad del hombre de diseñar el mundo, premisa de Pedro Cabrita Reis
Foto
El artista creó la instalación a partir de una visita que hizo a Teotihuacán. En la imagen, The Umea PieceFoto cortesía Museo Tamayo Arte Contemporáneo
 
Periódico La Jornada
Lunes 27 de julio de 2009, p. a11

Existen muchas historias en torno a La línea del volcán, exposición compuesta por dos instalaciones del portugués Pedro Cabrita Reis (Lisboa, 1956), inaugurada en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo.

El artista, quien ve el mundo como pintor, accedió a contar una. En el viaje que hizo a México el año pasado, para decidir lo que exhibiría en el recinto, se fue a Teotihuacán y subió la Pirámide del Sol dos veces en un día.

Expresa: “Fue una violencia muy grande para mí, pero lo quise hacer porque la pirámide es un acto constructivo ritual, que en cierto modo casi repite la forma del volcán. Allí empecé a construir de modo subjetivo un par de ideas que posiblemente se han convertido en la presente propuesta.

Podría incluso decirles que éstas trabes de hierro, apoyadas en la pared, que casi tocan los tubos de luz, son una invitación a subir de nuevo la pirámide, ya que la ascensión es un concepto que está siempre subyacente en la cosmogonía filosófica occidental y representa un ejercicio de purificación.

Agrega: La línea del volcán es una propuesta mental que habla de una mirada hacia el horizonte y de la posibilidad de uno de diseñar su mundo. El artista tiene una responsabilidad social de proponer visiones que no son las de todos los días, pero que las personas siguen y pueden incluso intentar cambiar su propia perspectiva. Volcán es una palabra metafórica, símbolo de la fuerza interior que sale. La geología no me interesa.

Para su proyecto en el Tamayo, Cabrita Reis pintó de verde las paredes de uno de los espacios y colocó trabes de hierro a diferentes intervalos que rozan la hilera de tubos de luz que a la manera de línea divisoria le dan la vuelta al espacio. En un segundo montaje, al fondo del conjunto, fueron colocadas puertas y llantas recuperadas de la basura. Son objetos extraños, que no sabemos bien qué nos dicen, pero que seguramente hablan de cosas bajo presión. Hay una relación de imposición de uno sobre el otro, o uno que se esconde detrás de otro.

De acuerdo con el artista portugués, todos los espacios tienen un espíritu específico: Me di cuenta de que aquí tenía que hacer una pieza, porque el espacio invita de tal modo que no permitía poner cosas diversas. Tenía que ser un cuerpo idéntico al territorio.

Mientras en el primer montaje hay una elaboración mental, procesal y metodológica prolongada, el segundo consiste en una acción rápida sobre cosas que se encuentran en el momento. Son dos líneas de tensión, de medios de trabajo, que están subyacentes en el modo en que me veo como artista, expresa Cabrita Reis, quien el 31 de octubre abrirá una retrospectiva en el Kunsthalle, de Hamburgo, Alemania, la cual itinerará por Francia, Italia y Portugal.

Daniela Pérez, curadora de la muestra, señala que el trabajo del expositor tiene como constante su interés por la habilidad del hombre de construir espacios, y su deseo de asumirse como constructor.

Cabrita Reis agrega: Me interesa algo que viene antes de la arquitectura: el gesto primordial humano de la construcción. Poner una piedra sobre otra, construir una casa, mirar el mundo desde el punto de vista de la casa, nunca desde el de la naturaleza. Esa es la constante filosófica que atraviesa mi trabajo. Todo lo que existe es material para el arte.