Opinión
Ver día anteriorLunes 3 de agosto de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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TOROS
Dar el pecho
D

on Rodolfo Gaona, el elegante artista del toreo mexicano de principios del siglo pasado, alternó y compitió con los grandes toreros de su época en varias temporadas: José Gómez El Gallo y Juan Belmonte. Al principio de aquella encarnizada lucha en la que perdió la vida Joselito en la pequeña plaza de Talavera de la Reina, Rodolfo adolecía de graves defectos a la hora de ejecutar la suerte suprema, que le impedía triunfos más resonantes y la pérdida de orejas.

No fue hasta que su fabricante de zapatos llamado Andrés El Zapatero, quien había sido novillero sin mucho éxito, pero que sabía de toros, latín, y lo que hay que saber, en una de sus entrevistas para confeccionarle sus zapatillas toreras y con el que había trabado cierta amistad, se atrevió a comentarle que a pesar de hacer el viaje recto, atravesaba los toros, o los pinchaba haciendo picadillo. “Así no puede ser, así no se matan los toros y no serás la figura de época que puedes ser. Tu manera de entrar a matar a los toros genera que el movimiento de la mano derecha desvíe la espada.

“Mira Rodolfo –le dijo paternalmente– no se trata de dar el hombro. No existe otra manera de matar a los toros que dando el pecho. Si no tienes valor para ello, mejor dedícate a otra cosa”. En la siguiente corrida y como no queriendo, puso en práctica los consejos de don Andrés y después de dar el pecho buscaba por donde salía el estoque ¡y no! Tenía razón su zapatero. Al dar el pecho la mano izquierda lleva toreada al toro, lo que permite vaciar la suerte y que la estocada quede en todo lo alto hasta la empuñadura.

Lección que sigue viva en las corridas de toros en el mundo taurino, en que la mayoría de los toreros dan el hombro, no el pecho. Aunque actualmente parece ya no importar ese aspecto crucial de la suerte suprema. Lo que es, o era generador de discusiones en el corte de orejas. Los grandes toreros después de las grandes faenas dan el pecho en la estocada. No hay de otra.