Opinión
Ver día anteriorDomingo 9 de agosto de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
A la mitad del foro

La cumbre en el llano

Foto
El primer ministro de Canadá, Stephen Harper, y los presidentes de México y Estados Unidos, Felipe Calderón y Barack Obama, se reunirán hoy en Guadalajara, Jalisco, en la cumbre de mandatarios de América del NorteFoto Reuters, Jazmín Ortega Cortés y Ap
E

n Guadalajara, en el Hospicio Cabañas, frente al Hombre en llamas, de Orozco, y la íntima tristeza reaccionaria por las derrotas electorales y las cotidianas victorias pírricas de la guerra contra el crimen organizado, cumbre en el llano: oxímoron a tono con la insistencia local en lo migratorio, en revisar el TLCAN y exigir que Canadá renuncie a su derecho soberano de solicitar visas a los mexicanos que vayan a ese país.

Menos mal que por ahora no estará a revisión el TLCAN. Barack Obama declara que en recesión, en la amarga crisis económica que padecemos, resultaría contraproducente revisar el tratado. Particularmente los temas laborales y ambientales, tan deplorables en México: los abusos patronales y la prepotencia de autoridades, que, lejos de tutelar el interés de los trabajadores, actúan al servicio de las empresas. De la contaminación y la impunidad con que se violan las leyes dictadas para proteger el medio ambiente, ni hablar. Revisar esos temas fue compromiso del candidato Obama. El presidente Obama sabe que es necesario posponer la discusión para atender la urgencia y recuperar el crecimiento de la economía.

Las organizaciones campesinas de México demandan renegociar el capítulo agropecuario. Pero cómo disociar el subsidio a la agricultura moderna de la brutal explotación de los jornaleros; con el trabajo ilegal, criminal, de millones de niños con sueldos de hambre y la salud en riesgo. En México, en los campos de cultivo y en las minas trabajan y mueren millones de niños, ha vuelto a denunciar Jorge Bustamante, funcionario de la ONU, académico y conocedor de la frontera norte. El secretario del Trabajo es iracundo fiscal de delitos imputados al líder de los mineros; los muertos de Pasta de Conchos y de Lázaro Cárdenas no le quitan el sueño al señor Lozano, no le impiden aspirar a ser el sucesor de Felipe Calderón. Hay que cortar por lo sano.

Los jornaleros agrícolas del México nómada vienen de lejos. Pero hay millones de niños en labores del campo, sin protección alguna, sin escuela, sin salud, con salarios de hambre y horarios de siervos. Y cuando Vicente Fox asumió la Presidencia de la República, se denunció que en los ranchos de su familia trabajaban menores de edad. La respuesta fue modelo de cinismo oficial y del dogmatismo neoliberal: no son empleados de los Fox, sino de empresas que proporcionan el servicio. No todos los mineros muertos en Pasta de Conchos eran sindicalizados, muchos eran contratados por el método llamado outsourcing, simulación para que el trabajador no adquiera derechos, antigüedad, seguro social.

La pobreza obliga a que trabajen jornaleros, mujeres y niños. Con 50 millones de mexicanos en la pobreza extrema, nada se puede hacer, dicen las buenas conciencias. Y los que se han hecho cargo de la cosa pública, a nombre y representación de los dueños del dinero, esgrimen los códigos de la ley para negar justicia a las víctimas de la ética de mercaderes, del outsourcing, de la subrogación, de la privatización a ultranza: la vieja tienda de raya con jornaleros nómadas en lugar de peones acasillados. Hacer justicia no se reduce a aplicar la ley, investigar, procesar y sentenciar. Es, todavía, la constante y perpetua voluntad de dar a cada quien lo suyo. Dígalo Justiniano o los padres de los niños quemados, victimados, en Hermosillo, Sonora.

La Suprema Corte de Justicia resolvió ejercer la atribución que le otorga el artículo 97 constitucional: ocho ministros votaron a favor y tres en contra de investigar el gravísimo asunto de los niños muertos en el incendio de una guardería subrogada por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); a particulares, funcionarios, parientes, amigos, validos de políticos y gobernantes. Beneficiarios, pues, de la privatización como negocio; la corrupción y la incuria de autoridades menores, la protección insolente de altas autoridades. Las indagatorias no suplen al Ministerio Público; no tiene la Corte facultades para sancionar. Pero para salvaguardar las garantías individuales tendrá que señalar las violaciones padecidas. Y su resolución tendrá la fuerza formidable de una sentencia de la Suprema Corte.

Al aceptar, fijaron ya los alcances de su decisión: analizar, junto a los hechos materiales, las acciones criminales por acción o por omisión; la violación grave de garantías individuales al no cumplir las normas para la prestación de servicios de asistencia social para menores, así como las de seguridad y prevención, de protección civil. La tragedia no tuvo su origen en el incendio, dicen los ministros: la indagatoria debe ir al fondo del asunto para revisar la forma en que operan las guarderías subrogadas; resolver la constitucionalidad del proceso mismo de subrogación, de la renuncia del Estado a cumplir sus obligaciones sociales. Los padres de los 49 niños muertos en la bodega habilitada de guardería en Hermosillo reclaman justicia, castigo a los responsables, que no impere la impunidad.

Señalar responsables es hacer justicia. Mientras la nación entera compartía la tragedia y hacía suyo el dolor irreparable de los niños y sus padres, Juan Molinar Horcasitas se refugiaba en el silencio; y Daniel Karam, quien lo sucedió en la dirección del IMSS, dejaba correr el tiempo, comparecía ante la Comisión Permanente para burlarse de los legisladores, entregarles un indescifrable mamotreto electrónico. Luego, desestimó la recomendación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos que, entre otras cosas, afirma que los socios y el personal responsable de la guardería actuaron bajo la anuencia o tolerancia de los servidores públicos del IMSS: Enajenado o cínico, Daniel Karam ordena una encuesta y contrata los servicios de Transparencia Mexicana.

México empantanado. La izquierda acelera la marcha suicida para dar paso al caos anarquizante. Jesús Ortega, personaje de una farsa funambulesca, teje y desteje la soga para ahorcarse. El PT somete a Porfirio Muñoz Ledo a la sumisión que practicó tantos años; celebra la victoria y la voluntad de poder de Juanito, dispuesto a capitalizar sus 15 minutos de fama mientras llega la voz de mando del legítimo. Andrés Manuel López Obrador dice que los malos hicieron chivo expiatorio a Calderón el espurio; y en la Mixteca llama a poner fin a la pesadilla del PRI, con un candidato a gobernador apoyado por el FAP y otras organizaciones sociales y ciudadanas. El candidato en cuestión es Gabino Cué, quien pide aliar también al PAN a la cruzada de la izquierda. El PAN de Felipe y el PRD de Andrés Manuel ya fueron aliados en Yucatán, donde hicieron gobernador a Patricio Patrón Laviada, el de la casta divina.

Ayer asumió el liderazgo del PAN César Nava. Calderón en la cumbre. El poder en fuga. Falta que el PRI decida para qué va a usar el poder que ganó el 5 de julio, fije metas y señale objetivos concretos. Empezó bien al decir que lo primero es formular políticas de emergencia para combatir la recesión y aplicar el gasto público a la generación de empleo. Luego, de inmediato, una política social de Estado.

El supremo Poder Ejecutivo de la Unión se deposita en un solo individuo... Cambió el mundo y el individuo en cuestión va a hablar con Barack Obama en Guadalajara. Vamos a ver si el sonido y la furia de la guerra de Calderón no le impiden oír el discurso del cambio. A quién se le ocurre convocar a una cumbre en el llano.