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Ver día anteriorMiércoles 4 de noviembre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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La moralidad del aborto
U

no puede creer en Dios. Otro uno puede dolerse al pensar en los niños y niñas en situación de la calle. Uno puede aceptar los dictados de la Iglesia. Otro uno puede no tolerar la pedofilia de los sacerdotes. Uno puede comulgar con el arzobispo de Recife, José Cardoso Sobrinho, quien excomulgó a la madre, a los médicos, al chofer de la ambulancia y a todos los vinculados con la interrupción del embarazo de una niña de nueve años que fue violada por su padrastro. Otro uno puede pensar que si su hija fuese la violada, buscaría excomulgar al arzobispo y golpear o triturar al violador. Lo fundamental, cuando se habla de ética, es que uno siempre podría ser otro uno.

La moralidad del aborto es parte de la moralidad de la vida. La moralidad del aborto es un libro de Gustavo Ortiz Millán (Siglo XXI Editores, 2009) cuya trama invita al lector a jugar entre la una –la mujer embarazada que considera la posibilidad de abortar– y los actores que juzgan el contenido moral o inmoral del aborto. El texto es una reflexión pausada, fría y bien argumentada acerca de las incontables preguntas relacionadas con la moralidad del aborto. Aunque Ortiz Millán toma partido, es encomiable el tono no maniqueo de los ensayos. Bienvenido sería un libro contestatario, no maniqueo, de quienes condenan el aborto.

Incontables pensadores han afirmado que la bioética es la filosofía del siglo XXI. Esta disciplina es fascinante porque no admite respuestas unívocas y porque agrupa, dentro de su discurso, diversas disciplinas. Esa suma deviene la imparable necesidad de leer y discutir documentos no dogmáticos, donde las diferencias puedan acortarse por medio de la palabra. Esa sabiduría podría permitir extender el core de la ética y dignificar la vida de los seres humanos. El libro de Ortiz Millán, aunque se inclina a favor de la mujer y no del embrión, cumple con ese propósito: ofrece los elementos suficientes para entender por qué el aborto, cuando reúne ciertas características, es una acción moral que brega por la vida y por la dignidad.

Una gran virtud de la obra es su claridad. No se requiere ser filósofo ni experto en temas de bioética para leerlo. Las ideas fluyen y los ejemplos contribuyen a comprender mejor algunos temas ríspidos. Dedica y regresa muchas veces a los significados del término moral; aunque no lo explica, lo deslinda del término ética –como se sabe, la moral no es una ciencia: se refiere a las costumbres y sentimientos de las personas; en cambio, la ética, si bien se ocupa de lo mismo, sí es una ciencia. En aras de la claridad Ortiz Millán profundiza en los vericuetos de la subjetividad de la moral: “En su versión más radical, afirmar que la moralidad es subjetiva significa que nuestras opiniones morales están basadas en nuestros sentimientos, gustos o preferencias y nada más. Desde ese punto de vista, no hay tal cosa como algo ‘objetivamente’ correcto o incorrecto en términos morales…” Añade: El subjetivismo es una teoría tan pobre de la moralidad que no puede dar cuenta de hechos básicos de nuestras vidas morales.

Los 11 capítulos del libro engarzan bien. Se concatenan y se complementan. Ofrecen la posibilidad, como suele ser en los buenos ensayos, de leer cada capítulo por separado; muchas ideas se refuerzan y privilegian la discusión con las expuestas en otras páginas. El prólogo abre la discusión: “De abril de 2007 a agosto de 2008 se han realizado en la ciudad –en el Distrito Federal– alrededor de 12 mil 679 interrupciones legales del embarazo… en todo este tiempo se reportó sólo un deceso… Si esto es cierto, entonces, contra lo que dicen sus impugnadores, la despenalización protege la salud y salva las vidas de las mujeres que habrían recurrido a abortos clandestinos”.

A partir de ese planteamiento, las ideas, arropadas por la posición moderada del autor, invitan a la discusión. En el capítulo Conservadores, liberales y moderados: un mapa de posiciones explica: Todas las posturas con respecto al aborto oscilan entre dos ejes: por un lado el valor de la vida del feto, y, por el otro, el derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo y plan de vida; “… me parece que la mayoría de la gente nos encontramos en algún lugar entre estos dos extremos. Algunos más cerca de un lado, otros del otro, pero muchos (la mayoría, creo) estamos más o menos cerca del centro, es decir, en una posición moderada”.

La moralidad del aborto desmenuza muchas de las reflexiones utilizadas por liberales y conservadores. El autor busca mediar entre los grupos pro-vida y los pro-decisión (por-muerte de acuerdo con el léxico de los ultraconservadores). A partir de esas reflexiones, Ortiz Millán explica los tiempos adecuados para el aborto, el derecho de hombre a la paternidad, el concepto de persona, la posibilidad de la adopción, los derechos reproductivos, el valor de la dignidad, los problemas de salud pública y una miríada de los temas vinculados con la moralidad del aborto.

La opinión pública y la sociedad que se cuestiona los y los no del aborto se podrán beneficiar al desmenuzar La moralidad del aborto. En sus páginas se entiende por qué una (y uno) siempre podría y debería ser la otra.