Los Ángeles, 5 de noviembre. Sobre un trozo original del Muro de Berlín, el artista californiano Kent Twitchell ha pintado un retrato gigante de J.F. Kennedy. Antes del domingo, también plasmará en este inusitado lienzo una reproducción fotorrealista de Ronald Reagan.

Esas imágenes forman parte de The Wall Project, iniciativa artística con la que Los Ángeles se suma a las celebraciones por el vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín.

Diez trozos del muro traídos desde la capital alemana se levantan ahora en esa metrópoli estadunidense, a lo largo del ajetreado bulevar Wilshire. Según los organizadores, se trata del trozo de muro más largo después del de la capital alemana.

Junto a los históricos bloques, el domingo se instalará un muro de 25 metros decorado por una docena de artistas y grafiteros que dividirá simbólicamente la calle, de varios carriles, en dos partes.

El muro proviene de viejas autopistas de Los Ángeles y será montado por decoradores de escenarios. Su instalación comenzará a las 22 horas y a partir de media noche artistas, ciudadanos de a pie e invitados famosos lo llenarán de imágenes y colores. El alcalde de Berlín, Klaus Wowereit, enviará un saludo vía satélite a la ciudad californiana.

El Muro de Berlín es un símbolo importante de cómo nos robaron la libertad. Debemos permanecer alerta y seguir luchando permanentemente por la libertad, señala Twitchell, de 62 años. Según contó, se sumó sin dudarlo al Wall Project y casi instintivamente se le ocurrió pintar a Reagan y Kennedy casi como hermanos uno al lado del otro, pues, pese a sus diferencias ideológicas, ambos contribuyeron a la caída del muro.

Muro en la frontera México-EU

El francés residente en Berlín Thierry Noir, quien en los años 80 decoró el muro con sus coloridos dibujos, sigue fiel a su firma artística. También el muro de Los Ángeles le inspira rostros de gran formato y tricolores. El estilo permanece, el muro ha caído, pero mi arte mural se mantiene, señaló. Y en broma, añadió que en Los Ángeles hacía más calor y era menos peligroso que en Alemania. En Berlín había una frontera mortal y estaba estrictamente prohibido pintar el muro.

Sus colegas hispanos lo comparan frecuentemente con el muro entre México y Estados Unidos. Ahora, el Muro de Berlín está en la frontera californiana, y debe caer, dijo.

Artistas destacados como Noir, Twitchell y Shepard Fairey pintaron a lo largo de las recientes semanas codo con codo con estudiantes de arte, artistas callejeros y grafiteros. El muro significa algo distinto para cada persona, opina el historiador y director de la exposición, Justinian Jampol. Para algunos son los muros invisibles en sus guetos o las altas murallas que protegen los apartamentos de lujo.

Jampol dirige el Museo Wende en Los Ángeles, recinto que posee la mayor colección de artefactos de la guerra fría fuera de Alemania, como álbumes fotográficos de policías de fronteras, la edición anual completa del diario Neues Deutschland y cámaras de vigilancia de la Stasi. Los trozos originales del muro se unirán a la colección al término del montaje artístico.

Twitchell, quien nunca ha visitado Berlín, confesó que se sintió muy impresionado en su primer encuentro con el muro. Me tuve que obligar a olvidar su significado histórico. Si no, al pintar me habría temblado el pulso mucho más, señaló.

Igual de impresionada se sintió la alemana Gabriele Hayes, proveniente del este del país, cuando a mediados de octubre los bloques de hormigón desembarcaron ante su vivienda en el bulevar. Se me puso la piel de gallina, fue muy conmovedor, contó.