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Zelaya no hace nombramientos y acusa al Congreso hondureño de incumplir el acuerdo

Renuncia gabinete del golpista Micheletti; pretende conformar gobierno de unidad

Advierte la resistencia que no reconocerá las elecciones si no vuelve el presidente constitucional

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Manifestación de zelayistas realizada ayer afuera de la sede del Congreso hondureñoFoto Reuters
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Periódico La Jornada
Viernes 6 de noviembre de 2009, p. 25

Tegucigalpa, 5 de noviembre. Micheletti vive, el golpe sigue.

Aunque el ex presidente de Chile y miembro de la Comisión de Verificación, Ricardo Lagos, derrame optimismo desde Santiago, cuando dice que la formación del gobierno de unidad da paso a la obligada “renuncia del presidente de facto, Micheletti… Es un paso muy importante, en la conversación que tuvimos con él, ofreció la renuncia”.

Apenas se van Lagos y la secretaria del Trabajo de Estados Unidos, Hilda Solís, Roberto Micheletti Baín echa a caminar la estrategia que corona esta noche con un comunicado de antología: En la reunión del Consejo de Ministros, todos depusieron sus cargos, a fin de apoyar el cumplimiento del acuerdo Tegucigalpa/San José, que según su cronología este día debe conformarse un nuevo gobierno a la cabeza del presidente Micheletti (sic).

Los reporteros nacionales de radio y televisión comienzan sus transmisiones en vivo, sin percatarse de la maravillosa expresión. En eso están cuando un empleado de la presidencia sale con la versión corregida, en la cual ya no se habla del gobierno a la cabeza del presidente Micheletti.

¿Cuál de las versiones dar por buena?, se preguntan todavía los reporteros, cuando el ministro de la presidencia, Rafael Pineda Ponce, sale a aclarar la duda: Siendo que es el presidente constitucional de la República (...) le correspondería liderar ese gabinete a don Roberto Micheletti, dice el octogenario Pineda, quien goza su pequeña revancha, porque alguna vez Manuel Zelaya lo sacó de su gabinete, luego de que reprobara una evaluación hecha por consultores externos.

La vieja oferta

A preguntas de la prensa, Pineda asegura que Roberto Micheletti se puede ir siempre y cuando Manuel Zelaya renuncie también. Una oferta vieja de Micheletti que regresa en una jornada llena de rumores, de reuniones interminables y de un solo punto de parte del presidente Zelaya y sus voceros: no propondrán su parte del gabinete si antes el Congreso no es convocado para decidir sobre la restitución, en los términos del acuerdo firmado bajo los auspicios de la Organización de Estados Americanos (OEA).

A punto de terminar el día, clave para la solución del conflicto hondureño según el acuerdo firmado la semana pasada, los golpistas ofrecen más de lo mismo y dejan ver cuál es el destino que espera a Zelaya en el Congreso.

El acuerdo establece que el gobierno de unidad debe quedar integrado este día y por ello la prisa de Micheletti, quien dice, en un comunicado, haber recibido listas de los partidos y de los candidatos presidenciales, sólo para que después su ministro Pineda asegure que los partidos mayoritarios, el Liberal y el Nacional, dejaron en libertad a Micheletti para nombrar a quien se le antoje. Más todavía: pusieron a la discreción del mandatario de facto los cargos que habrán de ocupar aquellos que nunca le propusieron.

El gabinete actual, para efectos prácticos, ya es de unidad porque participan en él miembros de los dos partidos mayoritarios.

El cierre del día clave está muy lejos del mapa de ruta trazado por Ricardo Lagos en Santiago: A partir de allí (de la formación del gabinete), el gobierno de unidad nacional tiene que trabajar intensamente para hacer posible la otra parte del acuerdo (...) que es restituir al presidente Manuel Zelaya.

Ahora resulta, qué sorpresa, que lo único que quiere el gobierno de facto, como siempre, es que Zelaya se borre del mapa.

Por la mañana, sin conocer este episodio, el Frente Nacional de Resistencia contra el golpe de Estado exige a Estados Unidos y a la OEA demostrar con hechos que son congruentes con su dicho de que quieren la restitución de Zelaya.

Si se prestan a las jugarretas y manipulaciones de los golpistas, entonces son cómplices, dice el dirigente campesino Rafael Alegría, luego de que el frente formalizara su decisión de desconocer el proceso electoral y sus resultados de no ser restituido Zelaya. Gobierno de unidad, sí, pero bajo la conducción del presidente Zelaya.

El frente remata con un llamado a “la comunidad internacional a mantener la postura de deslegitimación del régimen de facto y las elecciones del 29 de noviembre”, mientras prepara acciones para este viernes y una movilización nacional para la siguiente semana.

El plazo se vence en medio de jaloneos. El gobierno de facto dice que sigue a la espera de la lista de Zelaya, mientras los representantes de la OEA, de Micheletti y de Zelaya siguen reunidos… con el embajador de Estados Unidos, Hugo Llorens.

Los medios hondureños comienzan la campaña que ha de arreciar los próximos días: Manuel Zelaya, dicen, está incumpliendo el acuerdo.

En la televisión hondureña, el presidente Zelaya es parte de la nota roja. Y en los alrededores de la embajada de Brasil no se reportaron novedades de parte del retén policial que mantienen la policía y las fuerzas armadas, dice escuetamente el noticiero de la mañana, en la última nota de la sección llamada Patrulla nocturna, que dedica buen tiempo al estallido, la noche del miércoles, de una granada de fragmentación en las instalaciones de HRN, una de las principales cadenas radiales, con saldo de dos heridos leves. Por la tarde, estalla otro artefacto en un baño público en el Parque Central. Los medios no acusan directamente pero sugieren, apoyados por las especulaciones de los voceros de la policía, que los autores pueden ser zelayistas enojados.

El enojado es Zelaya, quien acusa al Congreso de no respetar un acuerdo a punto de naufragar, mientras los diputados que le son afines (unos 40 de 128) buscaban afanosamente el apoyo de otros legisladores para lograr la mayoría simple y poder convocar a la sesión a la que la mesa directiva, controlada por Micheletti, le ha dado largas.

Hasta las 12 de la noche nosotros tenemos que esperar el cumplimiento del acuerdo. Sería una pena que un pacto avalado por toda la comunidad internacional no se cumpliera, dice Zelaya a la Televisión Nacional de Chile, aunque él mismo, lleno de pesimismo, asegura no ver ningún indicio de que tengan interés o voluntad política de cumplir estos acuerdos.

Los rumores y las declaraciones van y vienen. Una fuente cercana al diálogo asegura que se trabaja en una salida que supone que no haya presidente, sino un jefe de gabinete, que sería el ministro de Gobernación.

El candidato del Partido Liberal, Elvin Santos, ha apremiado al Congreso a tomar una decisión ya, pero no usa el poder que tiene para que los diputados convoquen a la sesión.

Resume el momento el doctor Juan Almendares, ex rector de la Universidad Nacional: No fue un diálogo verdadero. La restitución del orden constitucional y de Zelaya era el punto número uno, y lo han dejado al último.