La extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC) ha paralizado la electrificación de predios en la delegación Iztapalapa, donde viven más de 4 mil 500 familias. Los habitantes de Santa Cruz, Unión Popular segunda etapa, Degollado, Bonampak, USI, La Magueyera y otros desde hace varios años iniciaron el proceso para la regulación del suministro de energía, que hoy, una vez más, indicaron, está parado.

El cese de los trámites y trabajos no sólo dificulta la dotación, también mantiene en riesgo a las familias ante posibles cortoscircuitos, debido a que las conexiones fueron hechas por los propios habitantes de los predios.

Las instalaciones son improvisadas. Fueron hechas con castillos de construcción, palos de madera y tubos, por medio de los cuales crearon una red de energía de la que se abastecen de manera irregular. Entre los techos de las viviendas cuelga el cableado.

En los cruces de las pequeñas calles se pueden ver las conexiones de las cientos de familias que penden sólo de un enorme palo de madera, del cual se desprenden los ganchos de metal conocidos como diablitos, por medio de los cuales se abastecen de la energía eléctrica.

Con cada uno de los predios se iniciaron negociaciones, primero para su regulación y posteriormente para la electrificación, explicó Gustavo Martínez, del predio Degollado. Ahora no sabemos que va a pasar, nadie dice cómo seguirán los trabajos. Ni siquiera hay respuesta de la Comisión Federal de Electricidad.

El grupo de mujeres Rescatemos Iztapalapa se manifestó ayer frente a la residencia oficial de Los PinosFoto Yazmín Ortega Cortés

El temor de los miles de moradores de estos predios es principalmente por los riesgos que implica tener tan cerca el cableado. Por lo menos en dos predios se han suscitado siniestros: en La Magueyera y en Degollado, donde las pérdidas en el primero fueron seis viviendas quemadas y en el segundo 30, varios lesionados y un muerto.

De acuerdo con los pobladores, en las negociaciones que realizaron los representantes de los predios con Luz y Fuerza del Centro se pagaron más de 3 millones de pesos y una cantidad similar debió pagar la delegación Iztapalapa.

En La Magueyera, incluso, comentó Elvira Molina, los trabajos se interrumpieron justo por la toma de las oficinas del organismo descentralizado. Habían iniciado los trabajos, metieron postes, dos transformadores, incluso se hicieron perforaciones y ahora nadie sabe qué va a pasar.

En La Magueyera el proceso de electrificación ha sido largo y tedioso. Elvira Molina, en representación de 700 familias de 460 viviendas de la zona, ha tenido que enfrentar a diversas administraciones para tener la energía eléctrica que, por enésima ocasión, el proceso está detenido y para ella se traduce en volver a empezar.