Opinión
Ver día anteriorViernes 4 de diciembre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Salón Palacio

Maldita Vecindad

Congreso de Contracultura

La Babel de la FIL

T

odo ha pasado tan vertiginosamente en unos cuantos días. Una conferencia de prensa el miércoles 26 de noviembre para anunciar la complicidad de la histórica, y a la vez muy vital, banda Maldita Vecindad (¡Qué chidos son los Malditos!) con los grafiteros de Aliados sin fronteras, que comanda el ya legendario Humo. Eso fue en el bar 246, de las calles de Querétaro. Ahí se habló de la urgente necesidad de encontrar en las artes y la cultura una alternativa de cambio ante ese barril sin fondo en que se ha convertido la política. El concierto fue el sábado 28 en el Faro de Oriente, que ya cumplió nueve años. Aquel miércoles, un poco más tarde, compartimos chelas y mezcales en el alucinante bar Marraquech, para elucubrar sobre si el mundo gay aún es underground, con la participación de los poetas Juan Carlos Bautista, Gabriel Santander y Salvador Camelo. Una vez más terminamos en ese lugar sin tiempo llamado Bull pen.

¿Último congreso de contracultura en Lagos?

Al día siguiente, muy tempranito, nos lanzamos a Lagos de Moreno, Jalisco. Ali Gardoki, comandante de las Ultrasónicas, era la más despierta. Leopoldo Rivera, presidente de la Asociación de Estudios del Cannabis, traía más de mil ejemplares de la Guía de derechos y responsabilidades legales de los consumidores de drogas, que podría considerarse el mejor esfuerzo independiente de difusión de lo que todo usuario de drogas prohibidas debe saber. Este documento lo realizó el Colectivo por una política integral hacia las drogas, y se presentó en Lagos de Moreno. Incluye, por ejemplo, la lista de dosis mínima que el gobierno federal autoriza para consumo personal de sustancias como mariguana (cinco gramos) o cocaína (500 miligramos).

Pero el eje central del congreso fue el homenaje a los ausentes: el periodista radiofónico y cofundador de este inédito congreso, David El Negro Guerrero, y Gaspar Fraga, editor de la revista española Cáñamo. También se presentaron el programa Esquizofrenia, de Canal 22; el libro La cresta de la ola (milagrosamente llegaron 10 ejemplares, el acto formal será el 14 de diciembre en la cantina Covadonga a las 20 horas), así como el primer volumen de la nueva época de la editorial Moho, Un hombrecillo en mi cabeza, de Jesús Pacheco. Otro libro que se lanzó en Lagos que demuestra que academia y contracultura sí pueden convivir es La comunidad soñada, del antropólogo español Martín Gómez Ullate. Gracias a Roberto Castelán (a su fiel escudera Yahayra Padilla) y al Centro Universitario de los Lagos, de la Universidad de Guadalajara, por haber hecho posible esta locura de siete años.

Bukowski, Herralde y el aburrimiento en la FIL

Claro que los libros son, en general, estimulantes y hasta divertidos, pero como dijera José José, hasta la belleza cansa; esto es lo que pasa después de unos días de deambular por los pasillos de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). Tratamos de no asistir a ningún homenaje y mucho menos a las aburridas conferencias; nos quedamos con la mesa redonda para recordar a Charles Bukowski, cuyo homenaje importó poco a los organizadores de la FIL. Procuramos recordar al viejo como él hubiera querido, y despotricamos y bebimos cerveza. El escritor Juan Villoro coincide conmigo en que el rumbo de la editorial Anagrama se ha inclinado hacia posturas literariamente correctas y hace falta una más irreverente y arriesgada, como en sus orígenes. Villoro es el autor del prólogo (gracias por el generoso comentario para quien esto escribe) del libro conmemorativo por los 40 años de esa editorial, El optimismo de la voluntad: experiencias editoriales en América Latina, que publica el Fondo de Cultura Económica. La noche del miércoles fue el reventón de aniversario de este sello Felicidades al gran Jorge Herralde.