Dice Gustavo Guty Espadas hijo (35 años/56-7; 36 nocauts) que está más motivado que nunca para arrebatarle el título pluma del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) al dominicano Elio Rojas (27 años/21-1; 13 nocauts), no sólo por la experiencia de haber sido monarca del orbe, sino porque pelearé ante mi gente (en Mérida) y por el homenaje que le hicieron recientemente a mi padre, al filmar una película de los mejores púgiles de la península de Yucatán.

Preparado para iniciar un entrenamiento más en el gimnasio Pino Suárez, bajo la acuciosa mirada de su mánager, Rudy Pérez, el boxeador se muestra inquieto, deseoso ya de que empiece la pelea. A veces es más desgastante estar sólo entrenando, cuando sabes que ya estás listo, y esperar a que llegue la fecha. Ojalá ya fuera hoy mismo, platica sin dejar de hacer movimientos de sombra al recordar que fue en el mismo escenario peninsular donde hace 10 años venció a Luisito Espinosa, por el mismo galardón de los 57 kilogramos.

Enfundado literalmente con una chamarra y pants de hule para tratar de perder tres kilos que aún le sobran, Guty sabe que la contienda del próximo sábado 20 de la velada Batalla en Kukulkán puede ser el último llamado para ceñirse una corona del orbe, por eso estoy dispuesto a dejarlo todo allá arriba, comenta mientras señala con el índice el cuadrilátero, al que ayer no subió, porque fue un día de ejercicios varios en el piso para afinar los detalles ya pulidos una, otra y muchas veces más.

Obviamente la experiencia será lo que pueda hacer la diferencia en la contienda, responde resuelto, y fundamenta sus palabras en que hace una década disfrutó las mieles de ajustarse el cinturón verde de monarca universal.

Ahora, a diferencia de antes, he tenido una excelente alimentación, tengo dinero para tomar vitaminas, gané en fortaleza, pero sobre todo en este tiempo creo que he ganado mucho en saber cómo enfrentar a los rivales, creo que le dicen madurez, platica jocoso.

Aunque ni el boxeador peninsular ni su preparador quieren revelar detalles de la estrategia planeada para la contienda, sólo debo cuidarme de los enganches en la nuca que acostumbra hacer el dominicano, lo que seguramente lograré con juego de piernas, comenta el púgil, a quien secunda Rudy: no es que sea marrullero, lo que pasa es que así es su estilo, pero desluce mucho las peleas y debemos cuidarnos de eso.

A lo que sí se compromete Espadas es a dar una excelente pelea, que la gente se emocione, que disfrute de la contienda, porque es importante ganar, no como sea, sino dando el mejor de los espectáculos y eso es a lo que aspiro, mientras Rudy tiene en mente una sola idea: “Es mi obligación, porque no hay de otra, coronar a Guty. Vamos por el título”, termina resuelto el forjador de por lo menos cinco campeones mundiales, entre ellos Marco Antonio Barrera.