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Ver día anteriorLunes 10 de mayo de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Aprender a morir

Sensibilizar criterios

O

jalá la problemática que enfrenta el documento de voluntad anticipada en el Distrito Federal se concretara a su solicitud; sin embargo obliga además a un lento proceso de sensibilización, tanto de la familia y del paciente como del personal médico con respecto a valores, prejuicios y actitudes ante el dolor y la muerte, pues ante ésta seguimos sin estar suficientemente preparados, abunda la sicóloga y tanatóloga María de la Soledad Escamilla, titular del Programa de la Coordinación Especializada en Materia de Voluntad Anticipada de la Secretaría de Salud del Distrito Federal.

Ahora, este documento –añade la licenciada Escamilla–, que es la manifestación legal del deseo de una persona de no recibir tra-tamientos o procedimientos mé-dicos que además de no curar la enfermedad prolongan el sufrimiento, puede ser suscrito ante notario por cualquier residente del Distrito Federal y en pleno uso de sus derechos y facultades mentales, o por alguno de sus familiares en orden de parentesco, incluso aunque no se encuentre en etapa terminal. Esta etapa es todo padecimiento reconocido, irreversible, progresivo e incurable en estado avanzado y cuyo pronóstico de vida para el paciente es menor a seis meses.

Se debe distinguir –aclara la funcionaria– entre documento y formato de voluntad anticipada, ya que este último se proporciona y elabora de manera gratuita en hospitales públicos y privados del Distrito Federal, una vez que existe el diagnóstico de estado terminal, según informe del médico tratante, que con frecuencia desconoce lo que son los cuidados paliativos y se niega a firmar. Ahora, antes que hablar de documento de voluntad anticipada hablamos de cuidados paliativos.

Cuidados paliativos son la atención activa y total de aquellas enfermedades que ya no responden a tratamientos curativos. Incluye el control del dolor y de otros síntomas, así como la atención de aspectos psicológicos, sociales y espirituales orientados a reducir los sufrimientos físicos y emocionales con objeto de mejorar la calidad de vida del paciente terminal.

El personal de salud procura asistir en cuatro aspectos: da el diagnóstico, pronóstico y plan a seguir para el paciente; respeta su voluntad; aplica cuidados paliativos personalizados y ofrece asistencia sicológica y tanatológica al paciente y a sus familiares, y por último, facilita trámites, comunicación y apoyo a la familia. (Concluirá)