Opinión
Ver día anteriorDomingo 6 de junio de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Libre circulación: mito o realidad
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ace unos años España empezó a poner restricciones a los turistas brasileños y les exigía, para poder ingresar al país, una invitación o una carta de algún residente que se hiciera responsable. Aquel simple turista que no tuviera la carta de invitación podía ser regresado. Después de unas cuantas deportaciones y las respectivas notas diplomáticas, Brasil empezó a hacer lo mismo: a devolver visitantes españoles que no contaran con cartas o invitaciones. Y se arregló el asunto. Brasil es una de las pocas naciones que aplican la reciprocidad de manera clara, franca y directa. De tal modo que los estadunidenses que lo visitan tienen que hacer una cola especial y se les toma la foto y la huella. Lo mismo sucedió con México, que hace un par de años exigió visa a los brasileños, más por presiones de Estados Unidos que por intereses mexicanos, y ellos hicieron lo propio.

Si todos los países aplicaran el principio soberano de Brasil, el mundo entraría en colapso, sería cada vez más difícil moverse, viajar, comerciar, circular. Por eso muchas naciones aceptan su condición y su realidad y se someten a grandes y poderosos, a los que les abren las puertas y no les exigen visados y, por otra parte, les ponen trabas y problemas a los pequeños, para ejercer el principio de la soberanía. Cuando Canadá nos impuso visa a los mexicanos, nuestro gobierno, como medida simbólica, impuso visa a los diplomáticos canadienses. No se podía dar el lujo de hacerlo con todos los turistas, con lo vapuleada que está esta actividad en el país.

Hoy en día, para viajar a Francia o España, en algunas ocasiones y en algunas aerolíneas, exigen que el viajero mexicano presente una carta o invitación de algún residente del país al que va a viajar o, en su caso, la reservación del hotel. No hay un requerimiento oficial de visa, pero ya han empezado los movimientos previos y las presiones. Cada vez son más los casos que circulan como hechos verídicos y como rumor, aunque no he podido confirmar ningún caso de deportación.Uno se pregunta si la empleada de la aerolínea tiene algún derecho para interrogar sobre tal carta o invitación, pero lo que es obvio es que tienen instrucciones al respecto.

De manera paralela a este proceso cada vez más restrictivo para la circulación de personas a escala mundial, se abren espacios donde se ensaya y practica la libre circulación, es decir, no se requiere de visas para transitar y, en muchos casos, ni siquiera de pasaporte. En el continente americano hay cuatro áreas de libre circulación: Norteamérica (Canadá-Estados Unidos), Centroamérica, con el programa CA4 (Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua) y en todo Sudamérica, donde la libre circulación se considera un factor fundamental para el desarrollo de la región. Por otra parte, Brasil tiene su propio Espacio Lusófono (CPLP), donde se trabaja hacia la libre circulación, que incluye a los países que hablan portugués: Angola, Mozambique, Guinea Bissau, SantoTomé y Príncipe, Cabo Verde, Brasil, Portugal y Timor del Este.

En el caso del Caribe, también hay libre circulación entre los países que conforman el Caricom: Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Montserrat, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Suriname y Trinidad y Tobago. Sólo se requiere de una travel card que permite al viajero permanecer en estas naciones por seis meses.

El caso europeo ciertamente es pionero, con el pasaporte comunitario, la supresión de puestos fronterizos entre algunos de los países miembros y la libre contratación de trabajadores comunitarios. Como quiera, no todos participan. La libre circulación se da entre lo que se conoce como el espacio Schengen, que excluye a Inglaterra e Irlanda y tiene algunas limitaciones en el caso de otras naciones de reciente ingreso a la comunidad.

En África también se avanza en dos grandes proyectos de integración regional y comercial, y en espacios de libre circulación: África occidental (Comunidad Económica de Estados de África Occidental) y África austral (Souther Africa Development Community). A lo largo y ancho del territorio de África Subsahariana se hacen esfuerzos de integración económica, de establecer la unidad monetaria (ECO), de unificación lingüística y de libre circulación. Es un proceso muy complicado por la herencia colonial reciente que parceló el continente de manera arbitraria y dislocó los espacios regionales, los sistemas ecológicos y los territorios étnicos.

En todos estos espacios hay, obviamente, problemas, excepciones, marchas y contramarchas. Pero hay voluntad política expresa de avanzar en esa dirección. En nuestra región hay pasos importantes, como los pasaportes comunitarios andino y caribeño, esfuerzo que ha significado superar notables barreras ideológicas, demagógicas y nacionalistas.

Es improbable que en un futuro cercano se logre la libre circulación a escala global. La utopía de un mundo sin fronteras es eso, utopía. Pero en plano terrenal y regional se está avanzando en áreas específicas, donde primero se fomenta el libre comercio y luego se avanza hacia otras áreas de cooperación, integración lingüística y monetaria, libre tránsito, pasaportes comunitarios, supresión de controles fronterizos y libre circulación de mano de obra.

En este panorama, México ha quedado totalmente aislado, en el continente americano no participa en ninguna de las áreas de libre circulación regional. Incluso, ha perdido terreno en el área donde debería tener cierta influencia, como es América del Norte. Sin duda, su posición geográfica y el contexto geopolítico son especialmente complicados. Pero la libre circulación no requiere, necesariamente, de fronteras contiguas. Requiere de imaginación, apertura y voluntad política.