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El Proyecto Templo Mayor vive un momento excepcional: Leonardo López Luján

Cavarán un túnel para proseguir en busca del tlatoani Ahuítzotl

La horadación se efectuará al oeste del predio Las Ajaracas, adelanta el arqueólogo

Realizan trabajos para hallar las cenizas del gobernante; yacerían cerca de donde fue descubierta Tlaltecuhtli

 
Periódico La Jornada
Miércoles 23 de junio de 2010, p. a12

Para proseguir con la búsqueda del tlatoani mexica Ahuítzotl, arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) cavarán un túnel al oeste del predio conocido como Las Ajaracas.

El orificio tiene que ser muy pequeño y solamente dentro del predio que exploramos; será un túnel hacia el oeste desde donde se encontró el monolito de Tlatecuhtli y de unos cuantos metros de longitud, explica Leonardo López Luján, director del Proyecto Templo Mayor.

Basado en datos del siglo XVI, el equipo multidisciplinario que encabeza López Luján continuará la búsqueda de las cenizas del tlatoani mexica Ahuítzotl o de algunos de sus dos antecesores, Axayácatl o Tízoc.

El arqueólogo dirige las investigaciones donde fue hallado el monolito de Tlaltecuhtli, en octubre de 2006, el cual actualmente está a la vista del público en la muestra Moctezuma II: tiempo y destino de un gobernante en el Museo del Templo Mayor.

López Luján explica que tras el hallazgo de la colosal piedra, no hemos corroborado ni desechado nuestra hipótesis inicial: que las cenizas se encuentran cerca del lugar donde yacía el monolito de Tlaltecuhtli. Por ello continuaremos en la búsqueda y se harán varios pozos, además del pequeño túnel al oeste.

Exploración en varios frentes

Un punto hacia donde se dirigen los trabajos es lo más cercano al actual Museo Archivo de la Fotografía, luego del hallazgo de la lápida mortuoria de la deidad de la tierra (La Jornada, 4/6/10), con la cual se cubrió durante cinco siglos la urna que podría contener los restos del gobernante mexica y que estaría elaborada en cerámica o piedra.

“Si no la encontramos, posiblemente otros arqueólogos la descubran; las fuentes históricas refieren que estaba en un edificio de nombre ‘el coalxicalco’, el cual tal vez se ubique al este, bajo el Museo Archivo de la Fotografía.

“No sólo excavamos hacia abajo, sino que hay varios frentes. Buscamos en qué lugar puede estar la tumba; posiblemente no esté donde indagamos ahora, sino un poco más hacia el poniente. La hipótesis original puede ser equívoca o correcta.

“El gran obstáculo –agrega López Luján– para investigar en la antigua Tenochtitlán es el mismo de quienes estudian Alejandría, Jerusalén, Estambul: la excavación es muy complicada. Éste es un momento excepcional, hay muchos arqueólogos estudiando, tenemos realmente apoyo y surgen todos estos descubrimientos que complementan un rompecabezas interminable.”

Otro aspecto que reveló el experto es la importancia de las 16 ofrendas descubiertas en torno a Tlaltecuhtli, las cuales también se exhiben en Moctezuma II.

Foto
Vista de la Coyolxauhqui (en primer plano) y de Tlaltecuhtli, piezas estelares de la exposición Moctezuma II: tiempo y destino de un gobernante, que se presenta en el Museo del Templo MayorFoto Carlos Cisneros

López Luján dice que las excavaciones en el Centro Histórico continuarán en tanto lo permitan los medios técnicos y científicos.

Varios enigmas envuelven al monolito de Tlaltecuhtli, como el del hueco en el centro del vientre la colosal piedra. Al respecto, López Luján refiere que podría haber tenido labrado un personaje importante, del cual quedó un relieve que delinea un par de pies, y quizás un cetro o arma. Los pies pertenecen a una misma persona representada de perfil, que se dirige hacia la entrepierna de la diosa. Ambos están calzados con ricas sandalias, llamadas itzcactli, de obsidiana.

De manera significativa, con ese calzado se representa a Tonatiuh, Huitzilopochtli, Xiuhtecuhtli, Tecaztlipoca, Tláloc, Chantico, Xilomen, los dioses del pulque, Mitlanctecuhtli, Chiconahui Itzcuintli, Itztapaltótec y Xipe Tótec. Por si fuera poco, agrega el arqueólogo, Moctezuma II acostumbraba vestir itzcactli.

Siete temporadas de excavaciones

A lo largo de 38 años, en el Proyecto Templo Mayor se ha estudiado buena parte del recinto sagrado de la antigua Tenochtitlán.

Han sido explorados más de 13 mil metros cuadrados del Centro Histórico, develando vestigios de la gran pirámide dedicada a Tláloc y Huitzilopochtli, 13 edificios menores, innumerables esculturas y 151 ofrendas.

También se han realizado siete temporadas de excavaciones; la última continúa y se prevé concluirla a finales de 2012.

Las tres iniciales fueron dirigidas por Eduardo Matos Moctezuma y las cuatro restantes por López Luján. La mayor parte de investigaciones se efectúan en el antiguo mayorazgo de Nava Chávez, ubicado en la intersección de las calles de Argentina y Guatemala (conocido como el predio Las Ajaracas).

En ese lugar, equipos del Programa de Arqueología Urbana y del Proyecto Templo Mayor han descubierto 27 ofrendas depositadas por los mexicas al pie de la pirámide principal y en torno al monolito de Tlaltecuhtli.

En las próximas semanas serán publicados dos volúmenes en torno a Tlaltecuhtli y la magna exposición que estará montada en el Museo del Templo Mayor hasta enero de 2011: uno es Moctezuma II: tiempo y destino de un gobernante (INAH, 2010, Leonardo López Luján y Colin McEwan, coordinadores), catálogo de la muestra, que es la traducción corregida y aumentada del que publicó el año pasado el Museo Británico, en Londres.

El otro es Tlaltecuhtli (Fundación conmemoraciones 2010/ INAH, 2010, Leonardo López Luján), redición del capítulo sobre la diosa contenido originalmente en el volumen Escultura monumental mexica.