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China

La moneda y los desequilibrios
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Periódico La Jornada
Martes 6 de julio de 2010, p. 24

El cambio de dirección que realiza China es bienvenido, pero no logrará maravillas a corto plazo. Un problema es que la política cambiaria de Pekín será juzgada en algunos sectores de Washington por cuánto terreno gane el yuan ante el dólar, no ante todas las divisas. Si el euro se debilita más, reduciría el ritmo de ascenso del yuan frente al dólar y daría nuevo ímpetu a los detractores de China en el Congreso de EU con vistas a las elecciones de mediano término, en noviembre próximo.

También mucho depende de la rapidez con que se permita que suba la divisa. Algunos observadores de China esperan que el ascenso retome la velocidad alcanzada la vez anterior que se le dejó flotar, en los tres años siguientes a julio de 2005. Eso podría ser demasiado optimista. China quiere contener el flujo de dinero caliente hacia una economía proclive a los saltos súbitos en los precios de acciones y vivienda. Aparte de los controles a los capitales, seguramente desalentará la idea de que la apreciación del dólar sea constante y rápida.

En cualquier caso, arreglar los desequilibrios del comercio no sólo es cuestión de ajustar divisas. En principio, un yuan más fuerte servirá para hacer menos redituables las exportaciones y dar mayor poder de compra a los consumidores. Sin embargo, los trabajadores desplazados de las industrias exportadoras chinas tendrían que encontrar empleo en otra parte. Una aguda apreciación del yuan podría originar en China un repunte en los despidos, en vez de un auge del consumo.

Se necesitan, por tanto, reformas para hacer frente a las causas profundas del exceso de ahorro en China, como parte de una solución duradera a los desequilibrios mundiales. Eso significa facilitar que las pequeñas empresas de ese país, que proporcionan servicios de mano de obra intensiva, puedan competir con las grandes firmas estatales; que estas compañías suelten el dinero que retienen para que se derrame en la economía, y que se cree una red de seguridad social más amplia para convencer a los propietarios chinos de casas de que no necesitan asegurarse contra toda catástrofe posible. Una divisa más fuerte es necesaria para realizar estos cambios, pero por sí sola no puede transformar la economía del país.

Fuente: EIU

Traducción de texto: Jorge Anaya