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Prioritarias, las pastorales juveniles, coinciden arzobispos en su cuadragésima reunión

La religión católica se muestra a los jóvenes como un rito tedioso: obispo Plaza Miguel

La mitad de la comunidad cristiano evangélica es joven y vive su fe con satisfacción: Farela

 
Periódico La Jornada
Viernes 13 de agosto de 2010, p. 12

Ante el alejamiento de muchos jóvenes de la religión, la Iglesia católica busca revitalizar sus pastorales juveniles.

En este contexto, durante la 40 reunión anual de la Pastoral Juvenil Mexicana, realizada del 29 de julio al primero de agosto, se discutió fortalecer estas pastorales. Héctor Luis Morales Sánchez, obispo prelado de Huautla, presidente de la Dimensión de Adolescencia y Juventud de la Comisión Episcopal Mexicana para la Familia, Juventud y Laicos, llamó a establecer orientaciones que den respuesta a los desafíos de la generación actual.

Sobre esto, José Ascensión Plaza Miguel, encargado de la pastoral juvenil de la arquidiócesis de México, y Felipe Arizmendi, arzobispo de San Cristóbal de las Casas, coincidieron, en entrevistas por separado, que debe darse prioridad a las pastorales juveniles, porque muchos adolescentes tienden a distanciarse de la religión católica.

En todas las parroquias tenemos a lo largo del año muchas confirmaciones de adolescentes, pero no les damos el seguimiento adecuado y muchos se alejan, comentó Arizmendi.

En cuanto a la percepción de muchos jóvenes de que es un credo tedioso, Plaza Miguel aceptó que tienen mucha razón. Como ministros de culto, habría que asumir que hemos hecho de nuestra religión algo aburrido, no porque lo sea, sino porque no hemos explicado el porqué de los ritos. Como no los conocen, no les encuentran sentido; necesitamos hacer más trabajo de formación, porque cuando explicamos la liturgia le encuentran significado, no acuden a los sacramentos sólo para cumplir un requisito: los viven.

El clérigo señaló que la juventud tiende a asumir una actitud de rebeldía, sobre todo porque siente rechazo hacia lo que represente disciplina o crea que busca corregirla; sin embargo, aseveró que cuando llegan a conocer su religión las cosas cambian.

Tengo un grupo de adolescentes que no sé cómo sacarlo de la parroquia, bromeó, y luego agregó: Es que encontraron un espacio donde se sienten atendidos y escuchados.

Arturo Farela, presidente de la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice), señaló que a diferencia de lo que ocurre en credos en los que los más allegados son personas de la tercera edad, en las Iglesias cristianas evangélicas casi la mitad de la comunidad es joven y vive su fe con satisfacción, sin tedio, porque allí nadie está obligado.

Acotó que es una fe viva que se experimenta en cada momento de la vida; no es necesario morir para experimentar la presencia de Dios. Nuestra fe no se compone de ritos; experimentamos de manera personal la presencia de Dios, no como religión, sino como un ser vivo que nos ama. Los servicios religiosos pueden durar hasta tres horas y los jóvenes están felices, no se cansan.

Sobre la observancia de una moral sexual determinada refirió que en las Iglesias cristianas evangélicas está prohibido prohibir; no estamos obligados a seguir ciertas reglas, hacemos las cosas porque amamos a Dios, no por castigo o imposición.

Arizmendi reconoció que en la etapa de la juventud es normal que uno se plantee la existencia de Dios y la autenticidad de la Iglesia, porque en la escuela y en otras partes se escuchan cosas contrarias y añadió que nunca ha sido fácil vivir el Evangelio en asuntos morales y sexuales ni dar a la sexualidad el lugar que Dios quiere dentro y fuera del matrimonio.

Acotó que cuando alguien descubre por qué Dios prescribe algo, lo ve como norma saludable y que hace crecer.

Plaza Miguel reconoció que las normas morales de la Iglesia católica no les gustan a los jóvenes y no las siguen, pero indicó que se debe a que hay un total desconocimiento del por qué de sus principios morales, para quién, cómo están hechos, y bajo qué circunstancias se aplican.

Aseveró que en estas materias “la iglesia no intenta hacer un cocowash: Dios no coacciona, no condena, no toma nota de todas nuestras faltas, quiere nuestra felicidad; es como la mamá que recomienda a sus hijos, no para fastidiarlos, sino porque quiere lo mejor para ellos. Dios propone, pero tú decides”.