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Fue incluida en la muestra Navajas, que se inaugurará el 10 de septiembre en La Habana

Protagoniza Rosa María Robles su versión fotográfica del Ángel de la Independencia

La escultora aparece envuelta en una cobija auténtica de una persona asesinada en Sinaloa

 
Periódico La Jornada
Jueves 26 de agosto de 2010, p. 5

La escultora Rosa María Robles ha vuelto a protagonizar una nueva fotografía a color que será incluida en Navajas, su exposición que será inaugurada el 10 de septiembre en las seis salas del Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, en La Habana (La Jornada, 10/8/10).

El Ángel de la Independencia (2010) es un autorretrato de tamaño natural en que Robles aparece con el torso desnudo, pintado de dorado y con alas de avestruz disecadas, mientras que lleva como falda una cobija auténtica de una persona asesinada y encobijada en Sinaloa. En la mano derecha apunta con una pistola, mientras que en la izquierda sostiene un paquete de droga.

Cabe recordar que Robles (Culiacán, Sinaloa, 1963) y su proyecto artístico Navajas captaron la atención de los medios nacionales a raíz de que ocho cobijas que formaban parte de la instalación Alfombra roja, incluida en la muestra montada en 2007 en el Museo de Arte de Sinaloa (Masin), fueron requeridas por la Procuraduría General de Justicia estatal porque habían sido utilizadas en casos de homicidio relacionados con el narcotráfico (La Jornada, 10/7/07).

En aquella ocasión Robles dejó en claro que entregó las cobijas por voluntad propia, no me censuraron, con acuerdo del entonces titular de la Dirección de Investigación y Fomento de Cultura Regional, Ronaldo González Valdés, y la entonces directora del Masin, Rosa María Hass, quienes la apoyaron en todo momento, porque “tenía que ser congruente con el planteamiento de la exposición.

“Si planteo una reflexión sobre la violencia, de no hacer cosas ilegales, y me dicen que estoy cometiendo un acto ilegal con las cobijas, pues allí están.

No tengo nada que esconder. Seguramente me va a servir de reflexión para ver de qué manera más adelante puedo tener ciertas piezas que quiero que sean auténticas, sin tener problemas legales, tal como hacen otros artistas, porque lo que interesa es sacudir a las personas.

Agrega: no se trata de hacer una apología de la violencia, porque soy una ciudadana más a quien la afecta. Quiero plantear una reflexión sobre esa violencia y lo he hecho públicamente. También me ha interesado aclarar, sobre todo porque Sinaloa es violento, que no estoy realizando ninguna investigación sobre las cobijas. Está a flor de tierra. Uno no tiene que investigar nada, porque sabe qué sucede, que están allí. Además, los envuelven.

Para Robles, la cobija se ha convertido en un material artístico más dentro de su exposición: “Pero tocó una llaga. La cobija es un símbolo, un signo. Por lo que sé, la mayoría de las ejecuciones son asesinatos que no se esclarecen. Pero luego hay un fenómeno con la cobija. Según sé, la mayoría tiene que ver con el asunto del narcotráfico. Otros son por otros móviles, pero también los envuelven. Es un fenómeno muy extraño ”.

Abunda: “Navajas habla de la deshumanización, de la violencia, del poder que hemos otorgado al dinero y del papel que el arte actual juega en este medio. Habla de los signos decadentes a que hemos llegado la sociedad hoy día. La polémica que ha desatado Navajas es porque plantea una reflexión profunda sobre la creciente narcocultura, que es evidente que existe en el estado, en el país y en todas partes. Ha establecido códigos de poder en todos los ámbitos de nuestra muy jodida sociedad. Así lo planteo, porque estamos muy jodidos en muchos ámbitos”.