Mundo
Ver día anteriorLunes 18 de octubre de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Desde la cárcel, el dirigente se dice dispuesto al diálogo para la paz definitiva en el País Vasco

Para la izquierda nacionalista no hay otra vía que la pacífica para la independencia: Otegi
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 18 de octubre de 2010, p. 34

Madrid, 17 de octubre. Arnaldo Otegi, el dirigente vasco que impulsó los procesos de pacificación del conflicto del País Vasco en 1999 y 2006, explicó, como “miembro de la dirección de la izquierda abertzale (nacionalista)”, que su formación ha llegado a una serie de posiciones renovadas en las que no existe más camino al independentismo que el que se desarrolle por vías pacíficas y democráticas.

Otegi, encarcelado hace un año, se mostró dispuesto a sentarse a dialogar para alcanzar la paz definitiva en la región.

Desde la cárcel de Navalcarnero, donde se encuentra recluido desde que fue encontrado culpable de intentar renovar la cúpula directiva de la proscrita Batasuna, Otegi respondió a un extenso cuestionario del diario El País.

Las respuestas están escritas como “miembro de la dirección de la izquierda abertzale”, por lo que la mayoría de las afirmaciones se basan –según explica él mismo– en el profundo proceso de reflexión y autocrítica de la organización en los últimos años, sobre todo desde el fracaso del proceso de paz de 2006, que llegó a fases muy avanzadas pero que se rompió tras el atentado de ETA en el aeropuerto de Madrid-Barajas.

Al preguntarle por qué Batasuna y él mismo siempre han justificado la violencia de ETA, el líder abertzale respondió que la violencia política en nuestro país obedece a razones de estricta naturaleza política. Sin querer de ningún modo trazar paralelismos en términos absolutos, nuestra posición ha sido similar a la mantenida durante décadas por el Sinn Feinn en Irlanda del Norte, o por el propio Nelson Mandela en Sudáfrica. Lo que ha caracterizado a nuestra posición en este tema ha sido la insistencia en la necesidad de superación definitiva de la violencia y el conflicto político a través del diálogo y la negociación. Nuestro compromiso ha sido y es sincero: las armas, todas, deben desaparecer de la ecuación política vasca.

Tras rechazar la vulneración de derechos que supone el impuesto revolucionario (pago que exige ETA a empresarios), Otegi expuso con nitidez su rechazo a la violencia.

No existe más camino hacia la independencia que el que se desarrolle por vías pacíficas y democráticas. No contemplamos compatible con la estrategia independentista el recurso a la violencia armada. Ésa es una de las conclusiones a las que hemos llegado y la expresamos sin ambigüedades. Dicho esto, espero y deseo que el pueblo español, sus poderes públicos, sus agentes sociales, políticos, su gobierno, acepten con la misma rotundidad que la utilización de la coacción, tortura, proscripción de partidos, cierre de medios de comunicación... no pueden ni deben formar parte de su estrategia para tratar de impedir el proyecto independentista.

Incluso, Otegui sostuvo que en un escenario en el que ETA reanudará la lucha armada –actualmente está vigente una tregua en la que se suspendieron “las acciones violentas ofensivas–, el conjunto de la izquierda independentista radical se desmarcaría de esa estrategia.

Como ejemplo de la verosimilitud de esta postura citó el rechazo de dirigentes de su formación hacia la llamada kale borroka (violencia callejera).

Además explicó su propuesta para alcanzar un escenario de normalización política. Nosotros proponemos una sencilla fórmula de aritmética democrática para la solución definitiva del conflicto político: reconocer la identidad nacional del pueblo vasco y el derecho y el respeto a que la ciudadanía vasca decida libre, pacífica y democráticamente su futuro, sin más límite que la propia voluntad popular, aseguró.