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El trabajo es parte de un proyecto sobre el tema en América Latina

Realiza Cuba una cartografía del rock y el movimiento social que provoca
 
Periódico La Jornada
Lunes 25 de octubre de 2010, p. a17

La Habana, 24 de cotubre. El rock de Cuba servirá de guía para abrir puertas y descubrir la memoria histórica de un género importado y mantenido por décadas en lo más subterráneo de la sociedad. Será cartografiado para integrarse a una mirada exhaustiva de América Latina sobre esa música que desborda hacia un estilo de vida.

Se trata de hacer un estudio mucho más profundo sobre la escena musical roquera, explicó Liliana González, coordinadora en Cuba del proyecto Cartografía del rock en América Latina, auspiciado por la rama regional de la Asociación Internacional para los Estudios de la Música Popular.

Con un plazo de alrededor de 10 años, el proyecto está en la fase de convocar y recibir colaboraciones, tras ser aprobada por las instituciones nacionales en 2009. A la cabeza de la iniciativa están el Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana (Cidmuc) y la Agencia Cubana de Rock.

Los archivos personales de los músicos y de los fans atesoran por ahora las memorias del género y su público, que se multiplicó desde muy temprano de forma artesanal y suburbana. En 1954, la sonoridad eléctrica del entonces llamado rocanrol cautivó a seguidores en esta isla caribeña y surgieron las primeras bandas de aficionados.

Si bien el origen del rock no fue aquí, sí llegó tempranamente y tuvo un proceso de apropiación fuerte, al punto de tener ya más de cuatro décadas de rock cubano, aseveró González, investigadora del Cidmuc. quien califica de caduca la visión de considerar géneros musicales cubanos sólo a los nacidos en el país.

El concepto de escena roquera permite recopilar la producción de música y el movimiento social que arrastra, dijo.

Ser roquero en los años 60 y 70 del siglo pasado lleva a no tener acceso a la universidad, al rechazo en no pocos centros de trabajo, ser considerado antisocial y ser detenido periódicamente por la policía, recordó el escritor cubano José Miguel Sánchez en la revista digital La Isla en Peso.