Todo para quien protege, reza el lema debajo del letrero principal de la singular tienda que sólo vende artículos a soldados, marinos, policías y periodistas.

Dada la situación de violencia en México, se convirtió en negocio la venta directa de artículos como chalecos antibalas, esposas, toletes y hasta mochilas para guardar todo el equipo de un agente antimotines, que deberían proporcionar las autoridades a elementos policiacos o militares.

Fuera del local, dos grandes reflectores, similares a los que se utilizan para anunciar estrenos cinematográficos, llaman la atención de transeúntes y conductores. Dentro, pequeños sillones y mesas con manteles y cubiertas de colores rojo y blanco para el coctel de inauguración contrastan con objetos como bastones retráctiles (toletes), cascos, escudos balísticos y muchos otros, que en su mayoría son negros, colocados en estantes blancos.

Hay calcetas para integrantes de grupos de intervención táctica y esposas de plástico de alta resistencia, así como de metales, y si es necesario, al igual que en el caso de los bastones retráctiles, existen modelos inoxidables, indispensables para las zonas de climas tropicales, dice convencido uno de los vendedores a dos jóvenes de cabello a rape, quienes visten trajes y corbatas de color oscuro y en cuyas solapas del lado derecho llevan distintivos de la Escuela Superior de Guerra de la Secretaría de la Defensa Nacional.

Mientras, una joven con una estrecha vestimenta negra –camisola, minifalda de piel, mallas caladas, botas de tacón y con gorra tipo policía con la leyenda correspondiente– posa una y otra vez ante las lentes de las cámaras de foto y video. Muestra cada uno de los productos. Lo mismo se pone el casco que se cubre con el escudo balístico o exhibe las esposas y los lentes, similares a los que utilizan los agentes de operaciones especiales.

El policía, militar o marino que requiera equipo antimotines puede adquirir el conjunto por 15 mil pesos con la seguridad de que todo está hecho con los mayores estándares de calidad.

Quienes tienen entrenamiento considerado de fuerzas especiales pueden comprar desde playeras o camisas de secado rápido hasta prendas repelentes al agua, así como pantalones cortos o chalecos “con las bolsas suficientes para realizar un operativo con la mayor comodidad”, dice otro vendedor a un grupo de mujeres que preguntan si ellas podrían adquirirlas.

Una edecán durante la inauguración de la tienda Bullet ShopFoto Francisco Olvera

Érick Sánchez Armas, creador del estilo Bullet Shop (tienda bala), que se localiza en la zona metropolitana de la ciudad de México, afirma que su tienda es única en América Latina y reúne las mejores marcas, nacionales y extrajeras, para dotar del equipo de protección necesario a cualquier corporación o fuerza armada.

Aunque reconoce que hay un gran interés en estas cosas por la violencia, también asegura: solamente es para aquellos que se encargan de proteger, porque no vendemos ni venderemos nada a quienes no demuestren pertenecer a una corporación, al Ejército o la Marina. Se toman sus datos, su fotografía... (se detiene un instante y agrega) a los únicos que también les venderíamos es a los periodistas; para ellos diseñamos chalecos antibalas, porque la situación está muy difícil y luego los vemos ahí, metidos en los conflictos, solamente con una camiseta, con una playera. Es un diseño exclusivo con una fórmula que ofrece la mejor protección contra disparos de armas calibre 45 o 9 milímetros.

Sánchez Armas afirma que vende sus artículos desde hace 14 años. En México tenemos contratos con al menos 20 estados, las secretarías de Marina y de la Defensa y la Policía Federal. También abastecemos a corporaciones de países de Centroamérica. Espera que este año se duplique la venta de chalecos antibalas en relación con 2010, al pasar de 7 mil a 15 mil unidades.

Mientras cuenta su historia, uno de los asistentes al acto le pregunta cuánto costarían unas botas. Responde que van de 700 a 3 mil 500 pesos. Depende de si son para acciones comunes o antimotines. Señala que las últimas tienen casquillo de acero y otros beneficios, como una gran ventilación, y evitan la aparición de micosis.

También hay guantes para toda ocasión, desde los normales para manejar hasta con dedos recortados y antiderrapante para evitar que las armas se les escurran a agentes o militares.

Mochilas para todo, hasta una en la que cabe completo el equipo antimotín, señala Sánchez Armas, ganador de varios premios de motociclismo, incluida una medalla de bronce en Grecia.

La inauguración concluye con la última de sus creaciones: el chaleco antibalas para reporteros, para quienes cubren cosas en medio de la violencia. Su precio, 6 mil 500 pesos.