Sociedad y Justicia
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Informe de Amigos de la Tierra internacional

Acusan al BM de tener conflictos de intereses

Administra el Fondo Verde, pero da créditos a combustibles que generan efecto invernadero

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El aumento de las temperaturas y sequías más intensas, inundaciones y tormentas en todo el mundo está obligando a un replanteamiento en la forma de producir alimentos, la cría de variedades de cultivos más resistentes y el cambio de fechas de siembra para completar las revisiones genéticas de las plantas. La imagen de archivo muestra un pez muerto en un embalse seco cerca de Yingtan, en ChinaFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Lunes 13 de junio de 2011, p. 38

El Banco Mundial (BM) tiene conflictos de intereses, ya que al mismo tiempo que es administrador interino del Fondo Verde para el cambio climático, otorga créditos para el uso de combustibles fósiles que generan emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), señala Amigos de la Tierra internacional.

En el informe, Banco Mundial: catalizador del cambio climático devastador, la organización analiza las inversiones cada vez mayores que dirige el Banco a los combustibles fósiles, en especial el carbón, y su continuo apoyo a las represas, aunque éstas implican el desplazamiento de comunidades enteras, generan emisiones GEI y conllevan otros impactos ambientales adversos. A pesar de la necesidad de reducir urgentemente las emisiones mundiales.

Detalla que la cartera de inversiones del BM en energía induce a los países en desarrollo, como Sudáfrica e India, a un futuro con altas emisiones de carbono. Detalla que dio un préstamo de 3 mil 750 millones de dólares para financiar la polémica planta de carbón de Medupi en Sudáfrica, con 4 mil 800 megavatios.

También apoyó grandes proyectos hidroeléctricos como la represa Nam Theun, en Laos, que ha desplazado a 6 mil 200 indígenas y ha afectado negativamente a más de 100 mil personas río abajo. Que el BM esté dando préstamos, en lugar de donaciones, habrá de agravar el peso de la deuda que los países pobres están obligados a soportar, y vulnera el principio de quien contamina paga, señala el documento.

El reporte revela que a pesar de los préstamos que otorga para proyectos insustentables, esa institución busca asegurarse un papel influyente en el nuevo Fondo Verde para el Clima de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y en los mecanismos para reducir las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación de los bosques.

El organismo apoya la expansión de los mercados del carbono, que permite a los países ricos continuar sus insustentables niveles altos de emisiones de carbono, poniendo así en peligro la supervivencia del género humano. El Banco ha desempeñado un papel clave en el establecimiento de estos mercados, y apoya directamente proyectos de compensación de emisiones en el sur global, aunque perjudiquen a comunidades locales y el medioambiente, señala el texto.

Además, agrega, tiene un papel clave en el fomento de nuevos mecanismos que en el proceso de generar compensaciones de emisiones básicamente privatizan los bosques en países en desarrollo. Estos mecanismos se caracterizan por excluir a las comunidades afectadas y las opiniones críticas en los procesos de planificación relevantes, y por no garantizar la protección de los derechos de las comunidades. Incluso hay muchas dudas de que estos proyectos consigan reducir la deforestación.

Sin embargo, a pesar de estas tendencias negativas, el BM está empeñado en ampliar su papel en el seno de las negociaciones de la ONU sobre el clima. Enfrenta la vigorosa oposición de muchos países en desarrollo, movimientos sociales, organizaciones ambientalistas y de justicia social y comunidades afectadas, pero aun así ha conseguido que se le designe administrador interino del nuevo Fondo Verde para el Clima, establecido en el curso de las negociaciones de la ONU sobre el clima en diciembre de 2010 en Cancún, y además está procurando jugar un papel muy influyente en el diseño de ese fondo.

Este organismo internacional es parte del problema climático, no de su solución. Sus conflictos de interés y sus pésimos antecedentes sociales y ambientales deberían servir para descalificarlo de cualquier participación en el diseño del Fondo Verde para el Clima, y del financiamiento para el clima en general, señaló Sebastián Valdomir, coordinador del Programa de Justicia Económica de esta organización.