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La nave permitió mostrar que el hombre puede trabajar en el vacío espacial, señalan

El Atlantis protagonizó la última misión del programa de transbordadores de EU
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El Atlantis es conducido al Centro Espacial Kennedy, en Cabo CañaveralFoto Xinhua
 
Periódico La Jornada
Viernes 22 de julio de 2011, p. 3

Cabo Cañaveral, 21 de julio. El artefacto volador más complejo y costoso jamás creado, el transbordador espacial de Estados Unidos, permitió construir la Estación Espacial Internacional (EEI), pero confinó a los estadunidenses a la órbita terrestre en lugar de explorar horizontes más lejanos.

La nave es una máquina de tecnología muy avanzada con grandes capacidades, estimó John Logsdon, ex director del Instituto Político Espacial en Washington y consejero en la Casa Blanca.

El Atlantis protagonizó la última misión del programa estadunidense de transbordadores, que finalizó este jueves tras el aterrizaje de la nave en Florida.

Con la construcción de la EEI, la nave permitió demostrar que los hombres pueden trabajar en el vacío espacial, transportar grandes estructuras a ese lugar y ensamblarlas, explicó Logsdon.

En este sentido, el transbordador fue un éxito, pues la EEI es la nave del porvenir para los viajes tripulados en el sistema solar, agregó.

En el futuro, los historiadores percibirán probablemente la nave como un programa espectacular, estimó Bill Barry, principal historiador de la NASA.

Además de sus hazañas técnicas, el transbordador integró la cultura popular al inspirar una película de James Bond, Moonraker, en 1979, antes de su primer vuelo, en 1981, dijo el historiador.

Fracasos

Sin embargo, Logson estimó que la nave tuvo sus fracasos. Además de los accidentes del Challenger, en 1986, y del Columbia, en 2003, el transbordador no ha cumplido sus promesas: ser una máquina barata y fácil de usar.

Precisó que el programa, el más largo de los 50 años de existencia de la NASA, costó 208 mil millones de dólares (con el valor del dólar de 2010). En compración, el programa Apolo, que permitió a Estados Unidos enviar al primer hombre a la Luna en 1969, costó 151 mil millones de dólares.

Bill Barry recordó que el objetivo oficial del transbordador, aprobado por el gobierno de Richard Nixon en 1972, era hacer que los vuelos espaciales fueran menos caros y accesibles al común de los mortales.

Este fracaso podría explicarse por el hecho de que en aquella época la Casa Blanca, en el afán de ahorrar, obligó a la NASA a hacer concesiones en cuanto a la concepción de la nave, haciendo que el sistema fuera mucho más caro de explotar, dijo Bill Barry.

Para Logsdon, el error fue desarrollar la totalidad del programa de vuelos espaciales con tripulación, alrededor de la nave que debió terminar sus funciones a principios de los años 90.

La EEI se debió construir antes, pues la decisión de crear la central se remonta a 1984, opinó Longsdon, quien aseguró: Debimos haber aprendido las lecciones de la primera generación de transbordadores y ahora tendríamos una nueva nave para explorar la Luna.

El error se perpetuó, según Scott Pace, director del Instituto de Política Espacial en Washington y ex alto funcionario de la NASA, durante el gobierno de George W. Bush.

Pace estimó que el presidente Obama no debió cancelar el programa Constellation de su predecesor para regresar a la Luna con el cohete Ares I y la cápsula Orión. Según él Ares 1 habría podido también lanzar a Orión con tripulantes hacia la EEI.

Eso hubiera dado una opción pública de transporte a la ISSA (durante los próximos cuatro años) hasta estar seguros que el sector privado puede tomar el relevo, explicó.

La NASA espera que su cooperación con firmas como Boeing, SpaceX, Sierra Nevada o Blue Origin, le permitirá comprar lugares en al menos uno de los sucesores estadunidenses del transbordador, a fin de conducir a sus astronautas a la EEI, en 2015.

Mientras, EU dependerá de los Soyuz rusos, y cada plaza le costará 51 millones de dólares, incluido el entrenamiento del astronauta.