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Es la mayor protesta de este tipo en la historia del país, dicen medios

Marchan unas 450 mil personas en Israel en reclamo de justicia social
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Multitudinaria manifestación de indignados israelíes en Tel Aviv por justicia social y contra el gobiernoFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Domingo 4 de septiembre de 2011, p. 20

Tel Aviv, 3 de septiembre. Unas 450 mil personas marcharon hoy por séptimo fin de semana consecutivo en todo Israel en reclamo de justicia social, en la mayor protesta de este tipo en la historia del país, según afirmaron medios locales.

Sin embargo, los organizadores de la protesta no pudieron cumplir con la cifra de un millón de participantes, a la que aspiraban.

La emisora israelí Channel 2, que indicó que utilizó señales de teléfonos móviles y otra información satelital para seguir las protestas, señaló que hubo 406 mil personas en las marchas, mientras que otros canales de televisión estimaron que en todo el país fueron entre 450 mil y 460 mil.

Un portavoz policial no quiso dar una cifra exacta y sólo dijo que habían sido más de 300 mil.

Portavoces del movimiento dijeron que representa un gran éxito que se haya convocado a tantas personas. Da lo mismo la cifra, eso es sólo para los medios, dijo un manifestante a Dpa.

Las protestas en Israel, que se estima tiene unos 7.7 millones de habitantes, son respaldadas por diversos sectores de la sociedad. Hasta ahora la mayor participación se había registrado el pasado 6 de agosto, cuando unas 300 mil personas marcharon en todo el país.

El descontento social se inició a mediados de julio, cuando activistas montaron tiendas de campaña en el bulevar Rothschild, una de las calles más concurridas de Tel Aviv, para protestar por el aumento en el costo de las viviendas. Los campamentos se expandieron después a todo el país y se amplió la protesta por el alto costo de vida.

La mayor manifestación de este viernes se celebró en Tel Aviv. Allí, unas 300 mil personas se congregaron en la plaza Kikar Hamedina, en el centro de la ciudad. Los manifestantes llevaban pancartas con la leyenda El poder del pueblo o con mensajes para el primer ministro Benjamin Netanyahu de Vete a tu casa, y voceaban consignas como Queremos justicia social.

Queremos una sola cosa, que no es fácil, pero sencilla, vivir en este país. No sólo queremos amar al Estado de Israel, como lo hacemos, sino existir aquí con dignidad, aseguró uno de los líderes de la protesta antigubernamental.

Netanyahu designó un comité liderado por el economista argentino Manuel Trajtenberg para analizar cambios socioeconómicos. Éste dijo que presentará sus recomendaciones en las próximas fiestas judías, a fines de septiembre.

Con esta jornada los organizadores de la ola de respuesta social querían relanzar el movimiento popular sin precedentes que había dado signos de agotamiento, tras ocho semanas de su inicio. Nos decían que estaba estancado. Esta noche demostramos lo contrario, declaró Itzik Shmuli, una de las figuras del movimiento social.

Nosotros, los nuevos israelíes, estamos determinados a seguir el combate por una sociedad más justa y mejor, aunque sabemos que será largo y difícil, añadió.

Los manifestantes, en su gran mayoría laicos y con un gran número de jóvenes, gritaron: El pueblo exige la justicia social.

Antes de las manifestaciones, un representante del movimiento, Stav Shafir, declaró a Afp: Vamos a demostrar que los que han enterrado este movimiento se han equivocado y que el pueblo de Israel está dispuesto a salir a la calle por la justicia social, las viviendas asequibles y la defensa de la educación y la salud públicas.

Agregó: Hay que mantener la presión sobre Benjamin Netanyahu, no es el momento de ceder puesto que no nos ha escuchado y no ha hecho estrictamente nada.

Tras la primera manifestación, el movimiento ha formulado reivindicaciones muy precisas sobre las subidas indispensables de los presupuestos de educación, salud y vivienda, pero hasta ahora no se ha tomado alguna medida concreta, lamentó otro representante del movimiento, Uri Metuki.

El movimiento –que dice representar a los estudiantes, pero también a la clase media, sobre la que recae la mayor carga fiscal– aboga por instaurar un Estado del bienestar y se queja de que en los últimos 20 años la construcción pública de viviendas baratas casi ha desaparecido, disparando los precios de los alquileres, sobre todo en Tel Aviv.

Como respuesta, Netanyahu creó una comisión para examinar una serie de reformas pero los manifestantes temen que sea una argucia para ganar tiempo en espera de que el movimiento pierda fuerza.

Y efectivamente el 27 de agosto cayó la afluencia, con sólo 20 mil personas. Los organizadores atribuyeron esta cifra, muy inferior a la de semanas anteriores, a la tensión reinante en el sur de Israel, que era blanco de cohetes de grupos armados palestinos de Gaza.

Pero algunos comentaristas también lo atribuyen a la aparición de divergencias entre algunos de los líderes del movimiento.

Los moderados abogan por desmontar las tiendas de campaña que se han convertido en el emblema de la protesta después de este sábado, mientras que los radicales prefieren intensificar la acción ocupando edificios vacíos.