Un grupo atacó a balazos las instalaciones de la Universidad Politécnica de Sinaloa en Mazatlán la noche del martes, tras lo cual dos policías municipales acudieron al lugar y fueron recibidos a tiros. Los agresores despojaron a los agentes de chalecos antibalas, armas y cargadores, y huyeron.

Agentes del Ministerio Público acudieron a la casa de estudios –que ocupa un inmueble donde operó un campus del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, frente al fraccionamiento Progreso– y revisaron la fachada de la caseta ubicada a la entrada del plantel, de donde levantaron 20 casquillos de rifle de asalto AK-47.

Mientras, presuntos integrantes del crimen organizado tirotearon con armas largas la comandancia de la policía municipal de Pánuco, Zacatecas, la madrugada de este miércoles.

Los pistoleros llegaron en varios vehículos, vaciaron sus fusiles contra la fachada del inmueble y escaparon. Ninguno de los policías que se hallaban en el lugar resultó muerto ni herido.

Fuentes de la Secretaría de Seguridad Pública zacatecana aseguraron que, a consecuencia de este incidente, 90 por ciento de los policías, de una corporación de apenas 20 elementos, no se presentaron ayer a trabajar, incluido un comandante.

Pánuco se ubica 45 kilómetros al noroeste de la capital de Zacatecas, entidad donde no había sido baleada una comandancia de policía municipal desde junio pasado.

En Torreón, Coahuila, fue hallado el cadáver de un sujeto de unos 45 años de edad colgado de un puente peatonal, con la cabeza cubierta de cinta canela, las manos esposadas a la espalda, los tobillos atados y disparos de arma de fuego en las rodillas. Además un niño murió por una bala perdida durante una riña entre pandillas.

Ayer se documentaron otras 20 muertes que tendrían vínculos con el crimen organizado: ocho en Chihuahua –incluidas las ejecuciones de tres policías municipales de Ciudad Juárez, quienes fueron agredidos a balazos por desconocidos que viajaban en dos vehículos–, cuatro en Guerrero, igual número en Tamaulipas, dos en Baja California y dos más en Sinaloa.