Juan Manuel Márquez sabe que para vencer al filipino Manny Pacquiao, quien lleva 53 victorias, 38 por nocaut, tres reveses y dos empates, debo pelearle a su velocidad y evadir su fuerte pegada, por lo que además de prepararse como nunca, la idea que tengo es no darle ninguna oportunidad y tratar de ponerlo mal para noquearlo lo antes posible, pero con inteligencia.

En el que será el tercer enfrentamiento entre ambos peleadores, programado para el 12 de noviembre en Las Vegas, el apodado Dinamita fue claro al exponer: la victoria es el único resultado en el que pienso. Él dice que esta pelea va a definir quién es el mejor. Yo sólo aseguro que sobre el cuadrilátero hablaremos con los puños, yo le agregaré inteligencia para ganarle.

Márquez piensa que si toca a Manny deberá asegurarse si el golpe fue efectivo o sólo está fingiendo, no se trata de engolosinarse a la primera, sino pisar el terreno para saber cómo quedó y si lo siento seguro, pues entonces lanzarme a fondo para tratar de acabarlo, no habrá compasión.

Con una hoja de 53 peleas ganadas, 39 antes del límite, cinco derrotas y un empate, el púgil capitalino trabaja en mejorar la explosividad y la velocidad, sabedor de que su oponente filipino domina ampliamente esas cualidades, pero buscará sorprenderlo con una dosis de la misma medicina, sin olvidar que debe ir para adelante todo lo que pueda.

Juan Manuel Márquez sólo piensa en la victoriaFoto Ap

Será Pacquiao quien exponga el cetro wélter de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), aunque en última instancia eso es lo de menos, al igual que la bolsa, porque aquí el pleito es personal: hay rivalidad deportiva, pero eso del odio que muchos dicen, la verdad no existe, es invención de los medios para vender más, me imagino. No somos enemigos, sólo rivales.

Emocionado por la gira que hizo por Filipinas, Nueva York y Los Ángeles, comentó: la verdad es que es algo muy padre, emocionante, pero lo que más me gustó es que me motivó mucho para trabajar a fondo.

Otro extra que le dejó el periplo, es que ahora la verdad la gente me reconoce y hasta en la calle me piden fotos y autógrafos, lo que por un lado está bien, porque reconocen mi trabajo y lo que he hecho en mi carrera, pero por otro, con las condiciones de violencia que se viven en el país, la verdad que es preocupante.