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En el Helénico, La música y los cuentos, de Mario Iván Martínez

Debemos acercar el arte a los niños para alejarlos del horror
 
Periódico La Jornada
Domingo 6 de noviembre de 2011, p. a11

La música y los cuentos pretende ser más que un espectáculo didáctico; busca ser más que teatro y música simplemente; intento que los niños desmenucen los sonidos polifónicos, pero a través del juego, del cuento, de la fantasía y del buen humor”, dijo en entrevista Mario Iván Martínez.

Con una trayectoria profesional prácticamente de por vida, Martínez se ha preparado como pocos para hacer frente al difícil medio mexicano de la cultura.

La música y los cuentos abrirá temporada hoy domingo, a las 13 horas, en el Teatro Helénico. Incluye Tubby la tuba y ¿Conoces a Wolfi? El primero es un cuento original de Paul Tripp, que presenta el dilema de una tímida tuba que anhela interpretar melodías ricas e interesantes, la cual es relegada a tocar frases musicales tediosas, hasta que conoce a un sapo que le enseñará a cantar, lo cual dará un giro inusitado de vida al instrumento.

La historia cobra vida y color, aunada a la partitura ingeniosa de George Kleinsinger, con una pista sonora que proviene del disco que Mario Iván Martínez grabó sobre el mismo tema con la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la dirección de Enrique Arturo Diemecke.

En ¿Conoces a Wolfi?, Martínez y una notable compañía de niños músicos mexicanos celebran la personalidad del genio de Salzburgo, Wolfgang Amadeus Mozart, subrayando los dones del más célebre niño prodigio de la historia.

El espectáculo guía al público en un viaje por la Europa del siglo XVIII con el pequeño músico y su familia. Se visitan los salones de la emperatriz María Teresa, donde el travieso Wolfgang, además de ser aclamado como concertista y compositor, conoce el famoso reloj del palacio, juega con la princesita María Antonieta y es el centro de múltiples aventuras. Todo esto bajo el cobijo de la música de Mozart, interpretada en vivo por niños de inusitado talento.

Es mi deseo inspirar a los pequeños demostrando que el fenómeno Mozart no es privativo de la Viena del siglo XVIII, sino que en México, con talento y dedicación, nuestros jóvenes desarrollan también sus capacidades creativas a un grado sorprendente. También pretendo satisfacer la necesidad del niño por la fantasía, por soñar despierto y, a la vez, sembrar en el oído del incipiente melómano, las más exquisitas propuestas musicales, añadió Martínez.

En mi espectáculo intervienen niños mexicanos talentosos; con ello pretendo inspirar a los jóvenes para que se tomen conciencia de que con trabajo y estudio se pueden acercar a lo que fue este niño prodigio de la música universal.

–¿Cómo está México en materia de cuentacuentos?

–Hay muchas instancias que favorecen el desarrollo del arte de escuchar y de escucharse; esto es, la labor del cuentacuentos, pero a veces no son tan reconocidas como se debiera. Por ejemplo, Alas y Raíces, para los niños hace un trabajo muy interesante: manda cuentacuentos por toda la República, simplemente con un libro bajo el brazo para compartir un texto.

“Aplaudo la iniciativa impulsada por Fundación Televisa, en la cual me invitaron a participar, y creo que esto ya se había tardado, en el sentido de que las grandes productoras se interesen en promover la lectura en un país donde desafortunadamente la inmensa mayoría no lee ni el periódico. En diciembre pasado hicimos una lectura en el Ángel de la Independencia, donde hubo un enlace a todo el país y participaron diversas iniciativas.

“Ante el desdén de nuestras autoridades –a las que no les interesa la formación cultural de nuestros jóvenes–, todo esfuerzo que logre estimular el interés por la lectura y que se dirija a que los niños no vean a los libros como flagelo escolástico, sino como fuente de placer para toda la vida, es siempre bienvenido.”

–¿Cómo está el panorama músical?

–Antes, por lo menos, en la secundaria había clase de música, que era la clase del relajo, pero por lo menos tocaban de la Novena Sinfonía de Beethoven el Himno a la Alegría, como Dios les daba a entender; sin embargo, ahora se considera al arte como prescindible. Si queremos tener profesionistas más felices, los tenemos que acercar a las artes más nobles y entrañables del ser humano. Hoy nuestros niños están en contacto con la parte más terrible del ser humano: el horror cotidiano que vivimos. Es verdaderamente criminal que se sacrifique a la cultura y se le considere prescindible. Y eso es en general con las humanidades, como la filosofía.

La temporada será del 6 de noviembre al 4 de diciembre, los domingos a las 13 horas; localidades: 100 pesos. Teatro Helénico: Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn.