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Trataba a Messi como un hijo, pero no podía dejarlo en la banca

Conciliar egos en el Barcelona, parte del éxito de Pep Guardiola

Enfrentó la dificultad que supusieron las salidas de Eto’o e Ibrahimovic

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Lionel Messi y Josep Guardiola, fundamentales para el multicampeón BarcelonaFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Domingo 29 de abril de 2012, p. a18

Madrid, 28 de abril. Tener siempre contento a Lionel Messi, soportar los dardos continuos de José Mourinho desde Madrid, ponerse cada tres días ante las cámaras, controlar a Gerard Piqué, sufrir con Eric Abidal, mantener la exigencia de ganar siempre... Estos son algunos de los factores que explicarían el desgaste de Josep Guardiola durante cuatro temporadas al frente del Barcelona.

El tiempo lo desgasta todo. Así explicó el viernes su marcha del Barcelona. No hablaba de futbol en sí, sino de las relaciones personales y las heridas que deja tratar durante cuatro años con estrellas mundiales, periodistas y rivales.

Xavi Hernández siempre calificó con cariño a Guardiola de pesado y obsesivo, afirmaciones que comparte el padre del técnico. Esa intensidad con la que el preparador entendía su trabajo aceleró el cansancio.

No fue fácil decidir la salida de Samuel Eto’o tras su primera temporada. Menos lo fue la de Zlatan Ibrahimovic un año después, luego de una temporada tormentosa. La prensa española reveló los momentos de furia del sueco, que en su despedida y de modo despectivo llamó filósofo al técnico.

A Guardiola no le importa sólo la calidad futbolística de sus jugadores. Por ello, Javier Mascherano y Seydou Keyta son como sus niñas. Por ello el carácter tranquilo de Alexis Sánchez fue tan decisivo en su fichaje, tanto como los goles que había hecho con el Udinese.

Por ello le dio todo a Messi. Con él tuvo una relación casi paternal. Yo tengo que jugar siempre. Poneme, le espetó Messi cuando Guardiola quería dosificar sus esfuerzos. El argentino, si no está lesionado, no entiende lo que es quedarse en el banco. La suplencia a principio de temporada ante la Real Sociedad generó el enfado del astro, según asegura hoy Marca.

Al día siguiente no fue a entrenar sin previo aviso. A partir de ahí ya jugó siempre, revela el diario. Guardiola señaló la dificultad de gestionar los egos.

Está siempre encima de nosotros, encima de los detalles, conmigo y con todo el plantel, decía Messi, quien destacó las atenciones personales dispensadas por el técnico. Ese permanente estar encima ha desgastado a unos jugadores que parece que no lo siguen ya con la devoción que lo hacían al principio.

Además, Guardiola destacó la dificultad de mantener la tensión en un plantel que lo ganó todo. Para ello se necesita una energía que al ex jugador se le acabó. Me he vaciado, dijo el viernes.

Encarar otra temporada suponía tomar decisiones duras, como las posibles salidas de sus queridos Keyta o Pedro, o la del cada vez más incontrolable Dani Alves, y volver a convencer de su importancia al polifacético Piqué.

También pudo influir la enfermedad de su confidente y ahora sucesor, Francesc Tito Vilanova, y la de Abidal, muy querido en el vestuario.

Más allá del trato con los futbolistas, Guardiola siempre ha estado en el foco. Nunca dio entrevistas personalizadas, pero se sometió a miles de preguntas antes y después de los 242 partidos disputados: casi 500 conferencias en las que no eludió ningún tema.

Siempre calmado en la guerra sicológica que abrió Mourinho, Guardiola explotó finalmente antes de las semifinales de la Liga de Campeones de la pasada temporada ante el Real Madrid, cuando llamó al portugués puto amo, harto ya de los ataques.

Mourinho y él se conocieron durante la estancia del lusitano en Barcelona. Él me conoce bien, decía Guardiola. Por eso no entendía la estrategia del rival. Si me parezco a él, tendré que revisar mi comportamiento, aseguró recientemente, ya sin ocultar una condena a la peculiar personalidad del técnico merengue.

Y a todo eso se sumó la presión que existe en Barcelona de ganar siempre. Cuatro años aquí es una eternidad, sintetizó.

Pocos como él conocen ese club y lo que hay alrededor.

Todo ello, unido seguramente a factores más personales, como la falta de tiempo para estar con su esposa y sus niñas, fueron erosionando a Guardiola, quien desde el principio supo que nunca sería el Alex Ferguson del Barcelona.

Vilanova, el ideal: Puyol

Tito Vilanova es la persona ideal para sustituir a Guardiola como técnico del Barça y continuar desarrollando el vistoso juego que caracteriza al club, dijo el capitán Carles Puyol.

“Dentro del vestuario todos queríamos que siguiese Pep. Entendemos y respetamos sus motivos, pero es un golpe que se vaya. Que Tito sea el próximo entrenador es la mejor noticia, porque es la continuación de un proyecto. Conoce mejor que nadie al equipo, así como su filosofía”, agregó sobre Vilanova, quien ha estado los recientes cinco años con Pep, incluido uno en el Barça B.