Al ex marchista Ernesto Canto le duele lo que le sucede a Miguel Ángel Sánchez, quien fue su primer entrenador cuando Canto tenía 12 años; y aunque mantiene una relación con él desde hace cuatro décadas, espera que las autoridades competentes decidan si es culpable o inocente de lo que se le acusa.

Entrenó cinco años con el que con respeto llamo mi maestro y posteriormente pasó al equipo del profesor Jerzi Hausleber, quien lo llevó a ganar la medalla de oro en Los Ángeles 1984, pero sus primeros pasos los dio con una persona intachable, disciplinada, apasionada y promotora del atletismo.

Durante ese tiempo, dijo Canto, “jamás observé nada extraño, siempre fueron cosas positivas las que aprendí con él y espero que (de esta situación) todo salga bien.

“Vi pasar generaciones de niños y jóvenes de todo el país y algunos llegaron a ser campeones mundiales, panamericanos y centroamericanos, así como de copas del mundo y torneos internacionales.

“Sé que es un momento difícil para mi maestro –detenido tras ser acusado de presunta violación a un menor de edad– y es algo que duele. No debemos juzgar y esperemos lo que las autoridades determinen. Es algo desconcertante que mueve muchas cosas.

Mi maestro es un hombre ejemplar y correcto, sus logros deportivos están ahí. Conozco a padres de familia de años que dejaban a sus hijos para que les transmitiera sus enseñanzas, porque les daba confianza y tranquilidad. Ojalá muchos entrenadores fueran así, puntualizó Canto.

Consideró que las críticas que ha recibido su mentor son de personas que se sienten menos y le tienen envidia, porque el éxito no se perdona.